Irán Oct 2014
Viaje 6/7
Jueves 23
Octubre – Shiraz - Pasargad - Isfahán
Después de desayunar dejamos Shiraz y ponemos
rumbo a Isfahán pero haciendo antes una parada en Pasargad.
Algunas notas sobre Pasargad:
Está
situada a unos 130Km de Shiraz. Hoy es un sitio arqueológico y forma parte de
los lugares marcados como Patrimonio Mundial de la UNESCO de Irán.
Fue la
capital de Ciro el Grande (559-530 aC). Literalmente su nombre significa
“Campamento Persa”. En esta zona estaba acampado el ejército persa durante su
batalla contra los Medas. Ciro decide construir aquí la capital conmemorando
que esta victoria sobre los Medas marca el inicio del imperio persa.
El imperio
persa se basaba en ir incorporando a los pueblos que eran conquistados sin
hacer esclavo, sin destruir sus templos, sin cambiar su cultura y sin prohibir
el culto a sus Dioses. La máxima era “Un imperio es poderoso en la medida que
lo son los pueblos que lo componen”.
La única
excepción fue la destrucción de los templos de Atenas tras la derrota del
ejército griego.
Ciro el
Grande comenzó a construir su capital en 546 aC y aún estaba inacabada cuando
murió en la batalla.
Aunque Ciro
no murió en Pasargad pero trasladaron hasta aquí su cuerpo para ser enterrado. Los
restos de la tumba del hijo y sucesor de Ciro, Cambises II, también ha sido
encontrada en Pasargad, cerca de la fortaleza de Toll-e Takht, en 2006.
Toda la
historia de Ciro está escrita en el famoso “Cilindro de Ciro” que se encuentra
en un museo de Londres. Se usó el babilonio para contarla.
Pasargad
siguió siendo la capital persa hasta que Cambises II la trasladó a Susa;
después, Darío fundó otra en Persépolis.
Las
primeras excavaciones de la zona fue realizada por el arqueólogo alemán Ernst
Herzfeld en 1905, y desde ese momento se han seguido otras pero queda mucho
trabajo por hacer.
Una investigación
reciente sobre ingeniería estructural de Pasargad ha demostrado que los
ingenieros aqueménidas construyeron la ciudad para resistir un terremoto
severo, lo que sería clasificado hoy como 7.0 en la escala de magnitud Richter
El sitio arqueológico (entrada - 150.000 Riales)
ocupa unos 1,6 kilómetros cuadrados.
En Pasargad los palacios son más pequeños que los
que podemos encontrar en Persépolis y los relieves no son tan realistas, los de
aquí son más simbólicos y hacen referencia a temas mitológicos. Otra diferencia
son las columnas, mientras que en Persépolis están esculpidas, las de aquí son
lisas. Se puede ver por tanto una clara evolución de la arquitectura y
escultura de los persas hacia un resultado más perfecto que muestra todo su
esplendor en Persépolis.
La pena es que no ha quedado mucho de lo que
debió ser la ciudad. Las visitas que se pueden hacer son:
Tumba de Ciro el Grande.- Es el
monumento más importante de Pasargad. Aunque no hay evidencia firme que identifique
esta tumba como la de Ciro, historiadores griegos dicen que Alejandro III de
Macedonia creía que sí lo era. En un escrito del s.II dC se cuenta que cuando
Alejandro saquea y destruye Persépolis, realizó una visita a la tumba de Ciro y
ordena a Aristóbulo, uno de sus guerreros, que entrara en el monumento. Dentro
encontró una cama de oro, un juego de mesa con vasos de beber, un ataúd de oro,
algunos adornos con incrustaciones de piedras preciosas y una inscripción en la
tumba. Hoy no hay ni rastro de todos estos elementos y hay una gran
incertidumbre sobre lo que realmente decía la inscripción. Según Estrabón la
inscripción decía:
“Transeúnte, soy Ciro, que dio a los persas un imperio, y fue rey de
Asia”
Otra variante, como se documenta en otro legajo
persa que ha llegado a nuestros días es:
“Oh hombre, quienquiera que seas, de dondequiera que tú viene, porque
yo sé que vendrás. Soy Cyrus, que fundó el imperio de los persas”
El diseño de la tumba de Ciro se asemeja aun zigurat
mesopotámico o elamita. La decoración principal en la tumba es una roseta sobre
la puerta en el frontón. En general, el arte y la arquitectura que se encuentra
en Pasargad ejemplifican la síntesis persa de varias tradiciones, basándose en
precedentes de Elam, Babilonia, Asiria y el antiguo Egipto, con la adición de
algunas influencias de Anatolia.
Durante la conquista islámica de Irán, los
ejércitos árabes llegaron a la tumba e intentaron destruirla, pero los
guardianes de la tumba lograron convencer al comando árabe que la tumba no fue
construida para honrar a Ciro, y que era para la madre del rey Salomón, evitando
así su destrucción. Como resultado de ello, la inscripción en la tumba fue
reemplazada por un verso del Corán, y la tumba se conoció como la "tumba
de la madre de Salomón". Todavía hoy es conocida por ese nombre.
La tumba fue completamente reconstruida hace 5
años. Las piedras están unidas con argamasa, los enganches metálicos originales
han desaparecido. Ha sido fundidos para fabricar balas para diferentes
batallas.
Cuando el último Shah celebró el 2.500 aniversario
del imperio persa, visitó la tumba y dijo: “Ciro, estate tranquilo, que estoy
aquí yo”.
El Shah había decidido ser enterrado también
aquí, pero tras la revolución abandonó Irán y no pudo volver. Está enterrado en
Egipto.
Caravanserai:
Solo quedan ruinas y es más reciente que
Pasargad. Fue construido usando las piedras de los antiguos palacios. Los
arqueólogos están trabajando en devolver estas piedras a su ubicación inicial.
Puerta de entrada:
Era la puerta principal de entrada al complejo.
No queda mucho de ella, las estructuras que están desenterradas están
protegidas con adobe para su conservación.
Lo interesante de este punto es una estela, en
ella hay un relieve de una persona que tiene cuatro alas. Sobre la cabeza tiene
dos serpientes y tres peces.
Se dice que es una imagen de Ciro el Grande pero
no está confirmado. Esta teoría se basa en unos dibujos de la estela del s.XIX
donde aparecía la inscripción: “Yo soy Ciro rey de Persia”, pero hoy, esta
inscripción ha desaparecido. La estela es de piedra arenisca y se erosiona con
facilidad.
En los restos de una de sus puertas, hay un
relieve en muy malas condiciones que muestra una cola de pez con un buey
detrás. No se sabe que quiere representar pero podrían ser dos dioses griegos:
el del cielo y el del mar.
Hay un grupo de columnas en el suelo que fueron
reutilizadas durante algún tiempo en una mezquita. La evidencia son las
inscripciones en árabe que se pueden ver en ellas.
Jardines persas:
Aunque cueste creerlo, este lugar era verde y se
construyó un jardín que fue el precursor de la tradición de los jardines persas
en Irán.
Los persas construyeron una amplia red de canales
para regar el jardín. Hoy solamente quedan restos de estas canalizaciones.
Palacio privado de Ciro:
Lo poco que se conserva son unas filas de
columnas. En este caso, sus bases son de piedra gris y son lisas.
En los laterales de los restos de una de las
puertas de entrada aún se pueden apreciar los relieves.
En esta zona hay arqueólogos trabajando, hay una
zona con piedras que han traído de los pueblos de la zona (la gente tomaba las
piedras del yacimiento y las usaba para construir sus casas) para poder
colocarlas en su ubicación original.
Stone Tower:
Este edificio es similar la Cava de Zaraustra que
vimos en Naqsh-e Rostam y que se suponía que era un templo de fuego. Otra
teoría es que puede ser la tumba de Kamusises.
La fortaleza de Toll-e Takht:
En lo alto de un cerro quedan restos de un
edificio, se cree que era una fortaleza que servía para la defensa de la
ciudad. Las vistas desde arriba son fantásticas.
Terminada la visita a Pasargad, ponemos rumbo a
Isfahán. La carretera es de dos carriles y atraviesa el desierto. Pasan km y km
sin que pasemos por una población. De tarde en tarde se ve una mancha verde en
el horizonte, es un oasis y suele tener una población.
Llegamos a Isfahán y directos al hotel. Es de
noche pero salimos para tener la primera toma de contacto. Vamos callejeando
por el bazar, a estas horas está cerrado y en penumbra. Al hace un giro aparece
ante nuestros ojos la plaza Naghsh-e Jahan, toda una visión que emerge de la
nada
Totalmente espectacular, no hay palabras para
describirla. Es enorme, armoniosa y la iluminación es suave haciendo que realce
su belleza arquitectónica.
Paseamos por la plaza y sus soportales buscando
un sitio para cenar y a dormir que Isfahán promete.
Información del Hotel: Sepahan Hotel
Farshadi Av. Ostandari St
www.sepahanhotel.com
Farshadi Av. Ostandari St
www.sepahanhotel.com
- Ubicación.- Céntrico.
- Acceso a Internet.- Tiene Wifi
- Valoración.- Buena, tiene una buena ubicación y es cómodo.
Viernes
24 Octubre - Isfahán
Algunas notas sobre Isfahán:
Isfahán se
encuentra a 340 km al sur de Teherán, es la tercera ciudad más grande de Irán
(después de Teherán y Mashhad).
La ciudad
está situada en la llanura del río Zayandeh, en las estribaciones de la
cordillera de Zagros a 1.590 metros. No existen obstáculos geológicos en los 90
kilómetros al norte de Isfahán, lo que permite a los vientos fríos del norte llegar
a la ciudad ayudando a crear el clima árido que la caracteriza.
Su plaza de
Naghsh-e Jahan fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco honor que
también posee el palacio de Chehel Sotún como parte de la tradición del jardín
persa. La ciudad también posee una extensa variedad de sitios construidos entre
los siglos XI y XIX, donde se puede apreciar la arquitectura islámica.
Los
refrescantes construcciones islámicas de azulejos de Isfahán, así como sus
majestuosos puentes, contrastan con el caluroso y árido paisaje que los rodea
La famosa
rima Isfahán Naghsh-e Jahan (Isfahán es medio mundo) surgió en el s.XVI,
para expresar la majestuosidad de la urbe.
Historia:
1.-
Prehistoria.- La historia de Isfahán se remonta a la época paleolítica. En los
recientes descubrimientos, los arqueólogos han encontrado artefactos que datan
de la Edad del Paleolítico, Mesolítico, Neolítico, Bronce y del Hierro.
2.- Area
Pe-Islamica.- La ciudad emergió gradualmente en el curso de la civilización
elamita (2700 - 1600 aC) bajo el nombre de Aspandana también deletreado Ispandana.
Durante la
dinastía Mediana, este centro comercial comenzó a mostrar signos de un
urbanismo más sedentario cada vez mayor en un centro regional de destacar que
se benefició de la tierra excepcionalmente fértil a orillas del río
Zayendehrud. Una vez que Ciro el Grande unificó Persia, la ciudad con su
diversidad religiosa y étnica de Isfahán se convirtió en un ejemplo temprano de
la legendaria tolerancia religiosa del rey.
Los partos
(250 aC - 226 EC) a la caída de los aqueménidas incluyeron en la ciudad el
helenismo y la organización política introducida por los ejércitos invasores de
Alejandro.
El
siguiente imperio que pasó a gobernar Persia, los sasánidas (226-652 dC), hicieron
cambios masivos en su reino, instituyendo una amplia reforma agraria y la
reactivación de la cultura iraní y la religión de Zoroastro. La ciudad en esta
época es conocida por el nombre Spahān.
Algunos
puentes de la época sasánida en Isfahán sugieren que los reyes eran también
aficionados a ambiciosos proyectos de planificación urbana. Mientras que la
importancia política de Isfahán se redujo durante el período, muchos príncipes
sasánidas estudiarían el arte de gobernar en la ciudad, y su papel militar se
desarrolló rápidamente. Su estratégica ubicación en la intersección de los
caminos antiguos a Susa y Persépolis hizo un candidato ideal para albergar un
ejército permanente, que estaba listo para marchar contra Constantinopla en
cualquier momento. Una teoría etimológica sostiene que el nombre 'Aspahan' se
deriva de la Pahlavi para 'lugar del ejército "
3.- La
Capital de Persia.- En 1598 Shah Abbas el Grande trasladó su capital desde
Qazvin a Isfahán. Era una ciudad más
central y no se vería amenazada por su archirrival, los otomanos. Esta nueva
importancia marcó el comienzo de una edad de oro para la ciudad tanto para su arquitectura,
como para su prestigio y la cultura persa en general florece.
Desde la
edad de Abbas la ciudad se ha ido poblando con miles de deportados desde el
Cáucaso (más notablemente los georgianos) que Abbas y sus predecesores se
habían asentado en masa en corazón de Persia. Al final del s.XVI se dice
que la ciudad tenía un mínimo de 250 000 georgianos.
Durante el
tiempo de Abbas y en Isfahán era muy famoso en Europa, y muchos viajeros
europeos hicieron relatos inspirados en su visita a la ciudad, como es el caso
de Jean Chardin. Todo esto duró hasta que fue saqueada por los invasores
afganos en 1722. Después de ést, la capital se trasladó posteriormente varias
veces hasta asentarse en Teherán en 1775.
4.- Edad
Moderna.- Hoy Isfahán, la tercera ciudad más grande de Irán, produce finas alfombras,
textiles, acero y artesanías. Isfahán también tiene reactores nucleares
experimentales, así como instalaciones para la producción de combustible
nuclear (UCF). Isfahán tiene una de las instalaciones más grandes productores
de acero en toda la región, así como instalaciones para la producción de
aleaciones especiales.
Empezamos prontito nuestra visita, sobre las 8:15
pues es viernes y todo cierra antes. Hace fresquito, deben haber dejado abierta
la puerta para que entren los fríos vientos del norte :)
En Isfahán hay muchos puntos de interés. Hay que
destacar sus puentes que son el orgullo de Isfahán. Son el lugar al que acuden
familias, parejas, amigos y paseantes a pasar el rato los días de fiesta en un
ambiente de bullicio junto a las plácidas aguas del río, en un entorno ajardinado
y cuidado con mimo.
El río Zayande comienza en las montañas de
Zagros, fluye de oeste a este a través del corazón de Isfahán y desaparece en
el desierto de Kavir.
Los puentes sobre el río están en la lista de las
mejores obras arquitectónicas de Isfahán. El puente más antiguo es el
"Pol-e Shahrestan", probablemente fue construido en la década de 1100
durante el período selyúcida.
Más arriba está el "Pol-e Khaju", que
fue construido por Shah Abbas II en 1650. Tiene 123 metros de largo con 24 arcos,
y también sirve como una compuerta.
El siguiente puente es el "Pol-e Jubi",
fue construido originalmente como un acueducto para abastecer a los jardines
del palacio en la orilla norte del río.
Más arriba está el Si-o-Seh Pol o puente de 33
arcos.
Empezamos la visita por la plaza nueva “Plaza
Imán Ali”, es una copia en pequeño de la plaza Naghsh-e Jahan, es de menor
tamaño y como cualquier copia no consigue alcanzar todo el encanto del
original.
Aunque lleve el adjetivo “Nueva” se encuentra en
la parte antigua de la ciudad. Originalmente Isfahán eran dos pequeñas aldeas a
ambos lados del río y no es hasta la época selyecida cuando se unen creando la
ciudad de Isfahán.
La primera visita es la mezquita del viernes.
Mezquita
del Viernes (Masjed-e Jame) – Entrada 100.000 Riales
Esta mezquita es un hito en la arquitectura
islámica. Es enorme, tiene un gran patio central y al haber sido construida en
varias fases, resume los diferentes estilos que a lo largo del tiempo han
definido el gusto y la forma de construir en Irán:
- Se usa el ladrillo para construir arcos y bóvedas de dibujos de diferentes diseños.
- Tiene naves de alturas diferentes según el uso o la época en que fueron levantadas.
- Decoraciones en piedra o en mosaico con motivos y colores propios.
- Juega con luces vivas o más tamizadas según las aberturas al exterior...
Un abanico de soluciones que conjugan la
estética, la espiritualidad y la arquitectura enriquecen esta extraordinaria y
única mezquita. Las partes más antiguas datan del s.XI y las más nuevas del s.XIX, aunque las intervenciones más recientes -aparte de las obras de
restauración que la mantienen en excelente estado- fueron las que repararon los
desperfectos que causó un misil iraquí que alcanzó al vecino bazar.
La mezquita es el resultado de la continua
construcción, reconstrucción, adiciones y renovaciones desde el 771 hasta
finales del s.XX. Es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 2012.
Algunas notas sobre la mezquita:
El origen
de esta mezquita es del s.VIII, pero fuñe quemada y reconstruida de nuevo en el
s.XI, más tarde continuaron las remodelaciones. Como resultado se tiene salas
construidas en diferentes estilos arquitectónicos, por lo que ahora la mezquita
representa una historia condensada de la Arquitectura iraní
Esta es una
de las mezquitas más antiguas que siguen aún en pie en Irán. Fue construida basándose
en el diseño de los cuatro iwanes (cuatro puertas frente a frente). El iwan de
la quibla, en el lado sur de la mezquita, fue abovedado con mocárabes en una
reforma del s.XIII.
Su
construcción arranca en la época selyúcida con dos cámaras de ladrillo
abovedado. La cúpula sur fue construida para albergar el mihrab en 1086-1087
por Nizam al-Mulk, el famoso visir de Malik Shah, y era más grande que
cualquier domo conocido en su época.
La cúpula
norte se construyó un año más tarde por el rival de Nizam al-Mulk Taj al-Mulk.
La función de esta cámara abovedada es incierta. Aunque se encuentra a lo largo
del eje norte-sur, se encuentra fuera de los límites de la mezquita. La cúpula
fue sin duda construida como una réplica directa a la cúpula sur reclamando su
lugar como una obra maestra de la arquitectura persa por su claridad
estructural y el equilibrio geométrico. Los otros iwanes fueron añadidos en
etapas posteriores bajo los selyecida, dando a la mezquita de su forma de
cuatro iwanes, este diseño ha llegado a ser frecuente en Irán y el resto del
mundo islámico.
En
respuesta a las necesidades funcionales del espacio, la ambición política,
desarrollos religiosos y cambios en el gusto llevaron a cabo la incorporación
de elementos en época de los mongoles, Muzzafarids, Timurids y Safávidas. Cabe
destacar el mihrab de estuco primorosamente tallado encargado en 1310 por el gobernante
Mongol Oljaytu. Está ubicado en una sala de oración dentro de la galería
occidental. La intervención Safávida fue en gran parte decorativa, con la
adición de mocárabes, azulejería vidriada y minaretes que flanquean el iwan
sur.
Las cúpulas
y pilares que forman la zona hipóstila entre los iwan no tienen fecha y cuentan con varios estilos. Ha
sufrido a lo largo de los siglos modificaciones, reparaciones, reconstrucciones y
ampliaciones.
Al comienzo de la visita hay una sala donde se
muestra la evolución y las sucesivas metamorfosis que ha sufrido la mezquita
durante las diferentes fases de construcción y remodelación:
Durante la guerra con Irán, un misil cayó en esta mezquita. Este ataque se cerró con varios muertos y grandes desperfectos que ya se han solventado.
Arranca nuestra visita a esta joya
arquitectónica.
Empezamos por el patio. Dadas las dimensiones de
la mezquita, no había que esperar menos de su patio. Se aprecia gran cantidad
de banderas negras, la razón es que ya ha empezado la cuenta tras para el
Moharram y han empezado con la decoración.
Y claro está, las fotos de los dos Ayatolas de
los últimos tiempos no faltan tampoco en esta mezquita
En medio del patio, a parte de las habituales
fuentes hay una reproducción de la Kaaba, aquí los peregrinos que van a ir a la
Meca pueden practicar el rito antes de emprender el viaje.
Entramos por uno de los iwanes y la visión es
increíble. Salas con cúpulas increíbles sostenidas por columnas de varios
estilos, todo ello construido y decorado con ladrillo. La decoración es sobria
pero muy muy bonita, me gusta mucho más que si lo hubieran recubierto con
azulejo.
Las columnas que se ven lisas, son por la capa de
estuco que tienen sobre los ladrillos, en algunas de ellas se ha quitado parte
para que se pueda ver la construcción de ladrillo que va debajo. Es mucho más
bonito el dibujo del ladrillo que está oculto.
Entramos por otro de los iwanes y lo que vemos es
completamente diferente, ahora la decoración es más rica y en la sala hay dos
elementos dignos de mención:
Bajando unos escalones accedemos a la sala de
oración de verano. Es una sala de techo bajo, total mente alfombrada, con arcos
y encalada. El color blanco y la sobriedad del lugar le dan un encanto
especial.
Esta visita es totalmente recomendable, no
solamente por poder ver todos los estilos arquitectónicos sino por disfrutar de
su ejecución en un edificio totalmente único. No perdérsela si pasas por
Isfahán.
Salimos rumbo al barrio armenio de Jolfa, se
encentra en el sur, al otro lado del río.
Se nota gran diferencia con los barrios del norte, más parecidos a los
que hemos encontrado en otras ciudades hasta ahora. Jolfa se asemeja más a
cualquier barrio de una ciudad occidental. Hoy por ser viernes está un poco
muerto, el comercio está cerrado.
Los armenios son cristianos monofisitas
(sostienen que Jesús solamente tiene naturaleza divina y no dual como creen los
católicos y los ortodoxos rusos) y pertenecen a la iglesia ortodoxa de oriente
(no confundir con los ortodoxos rusos).
Es una comunidad pequeña en Irán pero está muy
arraigada en el país. Está totalmente integrada desde tiempos del Shah Abbas
cuando se desplazo a esta población desde sus asentamientos del norte hasta
Isfahán para ayudar a la defensa contra sus enemigos otomanos. Cuentan con dos
representantes en el gobierno y tienen un gran poder de decisión.
Son un pueblo de comerciantes y muy endogámico,
es por esto que se les suele comparar a menudo con el pueblo judío.
En el barrio armenio se encuentra la catedral
Vank y es nuestra siguiente visita. Su puerta de acceso está en una plaza muy
agradable en la que destaca la estatua del arzobispo Khachatour Kesaratsi que
es la persona que funda la primera catedral en 1636
La Catedral Vank – Entrada 150.000 Riales
La catedral está formada por una pequeña
agrupación de edificios construidos en un estilo y con decoraciones que mezclan
los gustos y modos iraníes con los propios de la comunidad armenia -cristiana-
en una combinación curiosa y atractiva. Está dedicada a José de Arimatéa.
Algunas notas sobre la catedral de Vank:
La Catedral
de Cristo Salvador, Kelisa-ye Vank o Amenapergich, también es conocida como
Catedral Vank y La Iglesia de las Hermanas santas. Vank significa
"monasterio" o "convento" en el idioma armenio.
Fue una de
las primeras iglesias que se establece en el distrito de Jolfa, barrio de
Isfahán creado por los deportados armenios después de la Guerra Otomana de 1603
a 1605.
Se cree que
la construcción comenzó en 1606, y se completó con importantes cambios entre
1655 y 1664 bajo la supervisión del arzobispo David.
La catedral tiene una cúpula, al igual que una
mezquita persa, pero a la que se añade un ábside semi-octogonal y presbiterio como
lo que tienen las iglesias occidentales. El exterior es de ladrillos liso y
contrasta tal sobriedad con su interior que está ricamente decorado.
En el interior, bellas pinturas con escenas del
Antiguo y del Nuevo Testamento y tallas doradas cubren paredes y techos. La
cúpula central está pintada delicadamente en azul y oro y representa la
historia bíblica de la creación del mundo y la expulsión del hombre del Edén. El
friso es de ricos azulejos.
Las pechinas en toda la iglesia están pintadas
con un motivo claramente armenio: la cabeza de un querubín rodeado por las alas
plegadas.
En el patio hay un gran que se eleva
independiente sobre las tumbas de cristianos ortodoxos y protestantes.
Hay varias tumbas con sus característicos Hachkar,
que son las lápidas funerarias tradicionales armenias, literalmente sería “Cruz
de piedra”. A destacar las imágenes que se representan en ellas: Símbolo solar,
árbol de la vida y símbolos de tres puntas que representan la santísima trinidad…
En una esquina del patio hay una zona elevada con
un monumento al genocidio armenio de 1915 en Turquía.
En otro de los edificios del conjunto se halla un
museo que sorprende por la curiosa mezcla de lo que en él se expone pero que
sobrecoge por las fotografías que dan testimonio de la persecución de que fue
objeto la comunidad armenia a principios del s.XX a manos de Turquía.
Seguimos paseando por el barrio, en una rotonda
hay uno de los palomares tradicionales de Irán. Es como el que vimos en el
parque de Teherán el primer día de nuestro viaje. Los excrementos de las
palomas son un buen abono para el cultivo de melones.
La siguiente parada, uno de los cementerios de la
ciudad. Este está dedicado a los caídos en la guerra con Irak que son
considerados mártires. Es muy grande y en todas las sepulturas está la foto del
mártir. Aunque ha pasado mucho tiempo, hay muchas personas rezando, limpiando o
adornando las tumbas.
Nos acercamos al río para visitar uno de los
puentes, el de Khaju. En este momento, el cauce está complemente seco y los
niños lo usan como lugar de juegos. En otra época del año sí que tiene agua.
El Puente
de Pol-e-Khaju:
Es el mayor y más bello de los puentes y es un
ejemplo de sofisticación y equilibrio de la arquitectura civil persa.
Fue construido por el rey persa Safávida, Shah
Abbas II alrededor de 1650, sobre los cimientos de un puente anterior. Une el
barrio Khaju en la orilla norte con el barrio de Zoroastro y sirve tanto de
puente como de presa/dique
Tiene dos alturas, 24 arcos, 133 metros de largo
y 12 metros de ancho. La calzada de paso es de 7,5 metros de ancho, hecha de
ladrillos y piedra, a ambos lados de la calzada hay unos estrechos pasillos.
Aunque arquitectónicamente funcionaba como puente
y dique, también cumple una función de edificio público ofreciendo un lugar
para celebrar reuniones.
En el centro de la estructura, existe un pabellón
dentro de la cual Shah Abbas podría sentarse y admirar la vista. En la
actualidad, los restos de un asiento de piedra es todo lo que queda de la silla
del rey.
En el nivel superior del puente, la nave central era
utilizada para guardar los caballos y los carros. Los caminos abovedados a
ambos lados eran para los peatones.
En la parte baja se reúnen los locales para
cantar canciones prohibidas, hay mucho ambientillo a cualquier hora del día. La
música suena como las saetas y la acústica del puente hace que se te pongan los
pelos de punta.
No solo viene gente a cantar, también es lugar de
reunión de las familias para sentarse a la sombra y relajarse.
Este puente tiene una peculiaridad, un efecto
acústico, si te pones en uno de los arcos de abajo y pegas la oreja y otra
persona se pone en el opuesto y susurra algo, te llega el sonido con toda
claridad.
Pasamos la tarde perdiéndonos por los alrededores
de la plaza, que a estas horas está llena de gente haciendo picnic.
En medio de uno de los parques cercanos a la
plaza, encontramos el Palacio-AliQapu, no es muy grande pero tiene mucho
encanto.
Entramos al Hotel Abbasi que se alza sobre un
antiguo caravanserai. Las habitaciones dan a un gran patio central con fuentes
y naranjos. El ambiente es muy agradable.
En el puente Khaju ahora hay mucha gente
escuchando las canciones, el ambiente es muy agradable y nos sentamos en los
arcos para disfrutar de la música e intentar integrarnos en el ambiente.
Totalmente recomendable venir por aquí y sentarte a escuchar y mirar a la
gente.
Damos por finalizado el día, subimos andando hasta el hotel y a
dormir. Mañana más.
Sábado 25 Octubre - Isfahán
Esta noche comienzan las celebraciones del Moharram y esto se nota en la decoración de la ciudad.
Hoy toca pasear por la plaza y visitar los
monumentos que la flanquean, pero como abren al público tarde, empezamos por el
palacio de Chehel Sotún que está cerquita.
Palacio de Chehel Sotún (las cuarentaColumnas) – Entrada 150.000 Riales
Chehel Sotún (también Chihil Sutun o Chehel
Sotoon) literalmente: "Cuarenta Columnas"), debe su nombre a que las
20 columnas de madera en las que se apoya la entrada al pabellón, se reflejan en las aguas de la piscina
y se dice que parece que sean cuarenta.
Fue construido por Shah Abbas II para su
entretenimiento y para tener sus recepciones. En este palacio, Shah Abbas II y
sus sucesores recibían a los dignatarios y embajadores, ya fuera en la terraza
o en uno de sus señoriales salones.
Destaca la gran terraza sostenida por las 20
columnas de madera donde el Shah celebraba sus recepciones. La base de las
columnas es de piedra en la que hay animales esculpidos.
Al igual que el palacio Ali Qapu, las salas de
recepción están decoradas con frescos y pinturas sobre cerámica. Las escenas
que se representan son:
La batalla contra los otomanos de 1518. En esta
batalla, los persas fueron derrotados por no tener armas de fuego que si tenían
los otomanos.
Hay una sala pequeña donde se pueden apreciar una
serie de frescos de bailarinas con el pecho desnudo.
En la fachada lateral, hay una serie de frescos
con escenas de inspiración europea que contrastan con el resto de la
decoración.
Ahora toca la visita a fondo de la plaza Naghsh-i
Jahan y las joyas arquitectónicas que alberga.
Plaza
Naghsh-e Jahan:
Es el corazón del Isfahán monumental, también
conocida como Plaza Real (Meidan Eman) o como plaza del imán Jomeini. Está
situada en el centro de la ciudad den Isfahán, es uno de los sitios más importantes del país y fue declaradaPatrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1979.
Es una plaza rectangular de dimensiones inmensas
y de bellas proporciones, está toda ella ajardinada y es un lugar de paseo y de
descanso en los días de fiesta de los iraníes.
A partir de la dinastía Safávida, empezó a alojar monumentos históricos: al este de la plaza se encuentra la mezquita del jeque Lutfallah, al norte se abre una de las puertas del gran bazar de Isfahán, al oeste está el palacio de Ali Qapu y al sur la mezquita del Shah, delante de la cual actualmente se realiza los viernes el Namaaz-e Jom'eh (el rezo de viernes de los musulmanes).
A partir de la dinastía Safávida, empezó a alojar monumentos históricos: al este de la plaza se encuentra la mezquita del jeque Lutfallah, al norte se abre una de las puertas del gran bazar de Isfahán, al oeste está el palacio de Ali Qapu y al sur la mezquita del Shah, delante de la cual actualmente se realiza los viernes el Namaaz-e Jom'eh (el rezo de viernes de los musulmanes).
Hemos pillado el día en el que limpian la fuente.
Han sacado toda el agua y están los operarios frotando el fondo para limpiarla.
Menos mal que ayer estaba funcionando y hemos podido ver la plaza en todo su esplendor.
Por la tarde encienden de nuevo el agua y empieza
a llenarse poco a poco, es el momento para que las palomas vuelvan a beber a la
fuente y se zambullan en el agua.
La plaza se utilizaba para celebrar desfiles y
partidos de polo que el Shah veía desde la terraza del palacio, aunque ya no se
celebran aquí partidos de polo quedan unos hitos de piedra blanca que están
colocados donde se situaban las antiguas porterías.
La plaza es un lugar de encuentro y relax para
los ciudadanos y se puede encontrar en ella todo tipo de gente:
Esta plaza es una belleza pero no hay que
quedarse solo con visitarla, hay que vivirla. Recomiendo mezclarse con la
gente, aprovechar el césped para descarnar y comer, ver y observar a la gente… y ese rato será uno de los que más recordaras
de tu visita a Irán.
Algunas notas sobre el palaco Ali Qapú:
Ali Qapu es
un edificio de 6 pisos y 48 metros de alto. Tiene una estructura rectangular
que culmina en una impresionante terraza con techo apoyado sobre columnas de
madera.
Es rico en
pinturas murales de Reza Abbassi, el pintor de la corte de Shah Abbas I, y sus
discípulos. Hay adornos florales, de animales y pájaros. Casi todas las puertas
y ventanas del palacio han sufrido el pillaje en tiempos de desórdenes sociales
y solamente una ventana del tercer piso ha escapado al deterioro.
Fue reparado
y restaurado durante el reinado del sultán Hussein, pero cayó nuevamente en un
estado de gran deterioro en el corto reinado de los invasores afganos. Bajo el
reinado de Qajar Nasir (1848-1896), las cornisas safávida y los azulejos
florales sobre el portal fueron substituidos por los azulejos con
inscripciones.
En el sexto
piso se encuentra la sala de banquetes reales, y las habitaciones más grandes
del palacio. También se llama a este piso el "cuarto de la música",
porque en él se tocaban variadas piezas musicales y se entonaban canciones
Es el palacio que usaba como vivienda el Shah y
desde su terraza veía los espectáculos y desfiles que se realizaban en la
plaza. Encima de la puerta del bazar había tambores que se usaban durante los
partidos de polo y para avisar de la llegada del Shah.
Para iluminar la plaza se colocaban unas 55.000
velas y había un cuerpo de funcionarios cuya única función era encender y
apagar estas velas. Solamente tardaban 20 minutos en encenderlas todas.
El palacio me decepciona un poco, solamente se
puede visitar una pequeña parte del mismo y la terraza que es lo más
interesante esta gran parte de ella en obras y no se puede acceder.
Desde la terraza las vistas de la plaza son
buenas y también se divisan los tejados de la ciudad. Es una pena que solo
podamos asomarnos a uno de los laterales.
En la parte trasera del palacio se encuentra la
Hanaga, que es el lugar donde los sufís se reunían. No se puede visitar, está
cerrado al público.
En la parte superior de la terraza había unos
depósitos de agua que servían para rellenar la piscina con surtidores que hay
en la misma terraza. No vivía mal el Shah con esta terracita.
Subimos a la sala de música, se hace por una
estrecha escalera de caracol, solo cabe una persona. Antiguamente, esta
escalera solo podía ser usada por el Shah.
Se pueden encontrar también restos de frescos en
las paredes que muestran la influencia del renacimiento europeo.
Mezquita
del Imán (Masjed-e Imam) – Entrada 100.000 Riales
Es una mezquita extraordinariamente enorme y con
una gran peculiaridad en su diseño. La plaza se orientó tal y como está por
temas de urbanismo pero no quedó orientada a la Meca por lo que para construir
la mezquita y mantener la puerta de entrada en la plaza, no era posible alinear
la puerta de entrada con el altar y llevó a girarla 45 grados tal y como se
puede ver en esta maqueta. Este
extraño diseño hace que la cúpula y la puerta de entrada tengan un ángulo entre
ellas que hace que ambas sean visibles desde la plaza.
A parte de la peculiaridad en sus planos, esta
mezquita es una joya, en ella se aplican los 600 años de aprendizaje de los
artesanos iranís.
Algunas notas sobre la mezquita del Imán:
También
conocida como "mezquita Shah", y "Mezquita Abbasi Jaame".
Se considera una de las obras maestras de la arquitectura persa y un excelente
ejemplo de arquitectura de la era islámica de Irán.
Se
registró, junto con el Naghsh-e Jahan Square, como Patrimonio de la Humanidad
por la UNESCO. Su construcción se inició en 1611 y duró 16 años.
Esta es la mezquita que aparece en el reverso
del billete de banco iraní 20.000 riales.
Historia.- En 1598, cuando Shah Abbas decidió trasladar la capital de su imperio
persa de la ciudad noroccidental de Qazvin a la ciudad central de Isfahán,
inició lo que se convertiría en uno de los mayores programas de la historia
persa; la reconstrucción completa de esta antigua ciudad. Eligió la ciudad de
Isfahán por el río Zayandeh ("El río que da vida") que ayudaría a
arrancar un cultivo intenso en medio de una vasta zona de paisaje árido y
también por distanciar la capital de posibles ataques de los otomanos y los
uzbekos, y, al mismo tiempo ganar más control sobre el Golfo Pérsico, que se
había convertido en esa época en una ruta comercial importante con la India.
La joya de
la corona en este proyecto fue el Masjed-e Shah, que sustituiría a la Mezquita
Jameh en la oración del viernes. Junto a la mezquita se proyectó también la
construcción de dos escuelas religiosas y una mezquita invierno.
Esta se
terminó unos meses después de la muerte del Shah.
Diseño.- Se basa en el estilo tradicional de
cuatro iwanes. Los Safávidas crearon esta mezquita como un canal a través del
cual poder poner en práctica sus numerosas técnicas arquitectónicas.
En su
construcción, se usó un nuevo tipo de mosaico “rangi mango” (mosaicos de siete
colores). Eran más baratos y más sencillos de fabricar, lo que ayudaba a
reducir los tiempos de construcción de la mezquita. Hasta ahora, se usaban baldosas
se habían hecho de mosaico de loza, un proceso lento y costoso donde las piezas pequeñas se cortan de azulejos en
blanco y negro y se ensamblan para crear diseños intrincados. Con el método “rangi
mango” aparte de ser más barato y más rápido, permite una gama más amplia de
colores y se puede crear patrones más ricos.
El portal
de entrada de la mezquita muestra la mejor decoración de azulejos del edificio.
Se ejecuta en su totalidad en el azulejo de mosaico “rangi mango” con una rica paleta
de colores (azul oscuro, azul claro,
blanco, negro, amarillo, verde y bisquit). Tiene una banda ancha con inscripción
de textos religiosos escritos en blanco sobre
fondo azul oscuro que enmarca el iwan.
La orientación
norte que tiene la puesta hace que sea oscuro, para contrarrestarlo se ha revestido
con mosaicos de azulejos radiante que brilla dando luz a la entrada. La
ornamentación de las estructuras es totalmente tradicional, se retoman los
clásicos motivos iraníes. Dentro de las arcadas y los iwan predominan los
motivos arabescos con tonos azul, amarillo y dorado.
Las cúpulas
no pueden faltar en esta mezquita. Hay que recordar que la introducción de cúpulas en diseños
arquitectónicos islámicos la hicieron los persas que empezaron a usar trompas
para crear una transición desde una estructura octógona hasta llegar a la
cúpula circular. Para cubrir estas zonas de transición, los persas construyeron
redes ricas de estalactitas tan habituales y representativas de las mezquitas
persas.
La
característica que distingue las cúpulas persas de otras creadas en el mundo
cristiano, el imperio otomano o el mongol, son los azulejos de colores, con los
que se cubren tanto el exterior como el interior de las cúpulas.
Estas cúpulas
recubiertas por su parte externa, hace que el color azul domine el sky-line de
Isfahán. Con el reflejo de la luz del sol, estas cúpulas se podían divisar a
kilómetros de distancia por los viajeros que recorrían la ruta de la Seda.
Esta mezquita es perfecta en su simetría. En su
construcción, para resistir los temblores y las vibraciones ocasionadas de los
terremotos se puso plomo en las juntas entre piedras. Los colores que dominan
en la decoración son los azules, amarillos y verdes.
Desde la plaza, se ve la puerta de entrada a la
mezquita. Tiene forma de semicírculo, se
asemeja a una media luna rebajada, mide 27 m de altura. Su arco está decorado
en turquesa y tiene estalactitas de
azulejo, un rasgo distintivo de la arquitectura islámica persa.
En el centro, frente a la entrada, se puso una
pequeña piscina y un lugar de descanso para los caballos.
A ambos lados de la puerta, se elevan dos minaretes
de 42 m de altura, coronados por
balcones de madera con estalactitas y azulejos donde se representan versos.
Dentro hay un gran cuenco de mármol sobre un
pedestal que estaba lleno de agua fresca o limonada destinado a calmar la sed
de los fieles que acudían para las oraciones del viernes. Hoy ya no cubre esta
función, es solo un cuenco decorativo.
Al pasar por la puerta de entrada, se llega al
patio principal que tiene una gran
piscina. En este patio se encuentran dos de los iwanes, el del este es el que tiene minaretes y detrás
de él se elevada cúpula, con su colorida ornamentación.
La pena es que el patio está ocupado por una
carpa que están preparando para el Moharram, nos perdemos pro tanto la opción
de verlo y de tener un buen ángulo de vista de los iwanes.
La carpa que están preparando tiene calefacción,
aquí va a haber gente incluso por las noches y hay que reconocer que al irse el
sol, hace fresquito en esta ciudad.
La característica distintiva de cualquier
mezquita es el minarete, y en Masjed-e Shah hay cuatro. Los dos de la puerta de
entrada y los otros dos sobre el iwan del este.
La cúpula de esta mezquita es una obra
arquitectónica perfecta, tiene 53 m de altura. Fue construida como una cúpula
doble que descansan sobre una cámara de cúpula octogonal para soportar el peso.
Está bellamente decorada con azulejos
Bajo la cúpula, las propiedades acústicas son un
punto de interés. El ingenio de los arquitectos, al crear la cúpula, permite al
Imam a hablar con una voz tenue en ese punto y ser escuchado claramente por
todo el mundo que está en el interior del edificio.
El mihrab es una gran placa de mármol de tres
metros de alto y un metro de ancho en la pared suroeste, indica la dirección de
La Meca. Por encima de él los hombres del Shah habían colocado un armario de madera
con incrustaciones de oro que contenía dos reliquias: un Corán, dice que ha
sido copiado por Imam Reza, y el manto ensangrentado del Imam Hussein que se
dice que tiene poderes mágicos: llevándolo como estandarte al campo de batalla,
la creencia era que ayudaba a derrotar al enemigo. Sobra decir que de este
armario y de sus reliquias no se sabe nada.
Cruzando uno de los iwanes del patio central, se
llega a otro patio más pequeño donde está la madraza y la mezquita de invierno.
En este patio está el famoso reloj de sol construido por Shaykh Bahai
La zona de ablaciones es interesante, está dentro
de un edificio. Tiene una gran piscina y una pequeña pila. A destacar las
claraboyas de las cúpulas que permiten que entre luz en la sala.
El Mulá de esta mezquita es muy popular, habla
cinco idiomas y se encarga de responder a todas las dudas que tengas sobre el
islam para ayudarte a pasar a sus filas. En la foto aparece hablando con un
mulá descendiente de Mahoma (Turbante negro) que estaba de visita con su
esposa. Que habría de esperar en la forma de vestir de la esposa de este
mula??? Difícil de adivinar verdad??? :)
Mezquitea
Sheikh Lotfollah:
En la plaza, frente al palacio se encuentra la
mezquita del Sheikh Lotfollah, una mezquita palaciega con la cúpula más bella y
la decoración más refinada de Irán.
Algunas notas sobre la mezquita:
Es una de
las obras maestras de la época Safávida de Irán. Su construcción se inició en
1603 y se terminó en 1619. Fue
construido por el arquitecto jefe Sheij Bahai, durante el reinado de Shah Abbas
I.
Junto con
el Naghsh-i Jahan Square, es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Historia.- De los cuatro monumentos que dominaron el perímetro de la Naqsh-e
Jahan Square, éste fue el primero en ser construido.
El
propósito de esta mezquita era ser una mezquita privada para la corte real, a
diferencia de la Masjed-e Shah, que estaba destinada para el pueblo. Por esta
razón, la mezquita no tiene minaretes y es de un tamaño más pequeño. De hecho,
pocas personas durante la época safávida tuvieron acceso a ella, no fue hasta
siglos más tarde, cuando las puertas se abrieron al público cuando la gente
común pudo admirar el esfuerzo que Shah Abbas había puesto en hacer de este un
lugar sagrado para las damas de su harén, y su exquisito trabajo en azulejos que
es muy superior a los que cubren la mezquita del Imán.
Para evitar
tener que cruzar la Maydān para llegar a la mezquita, Shah Abba pidió al
arquitecto construir un túnel que atravesara la plaza, desde el palacio Ali
Qapu hasta la mezquita. Al llegar a la entrada de la mezquita, uno tendría que
caminar a través de un pasaje que serpentea dando vueltas y vueltas, hasta que
uno que finalmente llegaba al edificio principal. A lo largo de este pasaje
había guardias que estaban de pie. El propósito de este diseño era para
proteger a las mujeres del harén de cualquier persona que entrara en el
edificio. Un Guardia estaba de pie en la entrada principal de la mezquita y las
puertas del edificio se mantenían cerradas en todo momento. Hoy en día, estas
puertas están abiertas a los visitantes y se puede acceder desde la plaza.
A lo largo
de la historia, esta mezquita ha sido llamada por nombres diferentes. Para
Junabadi era la mezquita con la gran cúpula (Masjed-e Qubbat-e 'azim) y la
mezquita de cúpula (Qubbat Masjed), mientras que el historiador contemporáneo
Iskandar Munshi llamó la mezquita de gran pureza y belleza. Por otra parte, los
viajeros europeos, como Jean Chardin se refirieron a la mezquita con el nombre
actual, e inscripciones árabes dentro de la mezquita, hechas por el calígrafo
Baqir Banai, también incluyen el nombre de Sheikh Lutfallah. Además, los
cómputos de Muhibb Ali Beg, el Holderer tesoro imperial, muestran que el
salario del Imam vino directamente de los recursos de la Casa Imperial. Todo
esto sugiere que no sólo era el edificio de hecho el nombre de Sheikh
Lutfallah, sino también, que este famoso imam fue uno de los primeros líderes
de la oración para la corte real en esta misma mezquita
La puerta de entrada, como las del Gran Bazar y
el Masjed-e Shah son una media luna ahuecada. La fachada inferior y la puerta
de entrada, eran de mármol. En la parte superior, hay azulejos-Haft rangi
literalmente, "siete colores"/"mosaicos polícromos" que
adornan la estructura.
La caligrafía en los azulejos supera en belleza y
calidad a cualquier otro anterior trabajo realizado en el mundo islámico. El
calígrafo Ali Reza Abbasi supervisó este trabajo.
Una de las características únicas de esta
mezquita es el pavo real de luz que se forma en el centro de su cúpula. Si te
pones bajo la puerta de entrada de la sala interior y miras el centro de la
cúpula, se puede ver un pavo real, cuya cola se forma con los rayos solares que
llegan desde el agujero en el techo.
El arquitecto fue Mohammad-Reza Isfahani, tuvo
que resolver el problema de la diferencia entre la dirección de la quibla y la
pasarela del edificio mediante la elaboración de un vestíbulo de conexión en
forma de L que unía la entrada y la sala de oración.
En comparación con la mezquita del Imán, su diseño
es bastante simple, no tiene patio ni iwanes interiores. El edificio en sí se
compone de una cúpula aplanada que descansa sobre una cámara de cúpula
cuadrada. Aunque, en contraste a la estructura simple de esta mezquita, la
decoración del interior y exterior es sumamente elaborada y en su construcción
se utilizaron los más finos materiales y se emplearon los artesanos más
talentosos.
El mihrab en el muro oeste está esmaltado con
motivos floratles en un azul profundo. Cada parte del diseño, cada plano, cada
repetición, cada rama o flor separado tiene su propia belleza sombría.
Durante la visita, coincidimos con un chico que
está tocando la flauta, la acústica de la sala es muy buena y es agradable sentarse
a escucharlo.
El Gran Bazar
Los bajos que rodean la plaza están ocupados en
buena medida por el bazar. Pero la entrada al antiguo bazar se efectúa por una
gran puerta monumental que se abre en el lado opuesto a la mezquita del Imán.
Empieza su construcción en el s.XI e inicialmente
ocupaba solamente el ala sureste de la mezquita y la plaza Jameh Kohneh pero fue
ampliándose añadiéndose nuevos centros y salas más tarde hasta alcanzar el
tamaño que tiene hoy en día.
Desde esta puerta arranca el bazar tradicional
con sus joyerías, tiendas de ropa y de toda clase de mercancías. Andando por él
y con cuidado de no perderse, se llegaría al antiguo bazar y a la Mezquita del
Viernes.
Se nota que hoy comienza el Moharram, por todo el
bazar se ven los adornos verdes y negros que se utiliza en esta celebración.
Me pierdo por las callejuelas del bazar, que en mi
opinión es la mejor forma de descubrir sus rincones interesantes entre sus
puestos, sus Timcheh y sus caravanserais:
Aquí si quieres comprar tela, puedes dudar entre
el tipo de tejido, del dibujo pero nunca del color :)
Algunas joyas que encontramos por las callejuelas
del bazar:
Mezquita
Masjed-e Hakim:
Es una pequeña mezquita que da a una de las
callejuelas. Dentro están preparando el Moharram y encontramos a una persona
que habla inglés, ha estado viviendo en california un tiempo. Nos enseña el
edificio, los preparativos y ya de paso, intenta convencernos que el islam en
el camino a seguir. Pese a lo último ha sido interesante la charla :)
Encontramos también una Hosseinieh, dentro
trabajan en los últimos retoques para el Moharram, pedimos permiso y nos dejan
entrar a verla y nos ofrecen un té.
Al final del bazar está la mezquita del viernes,
entramos y esta vez no estamos en horario de visita sino en horario de oración
no cobran entrada pero hay que ponerse el chador.
Ya ha caído la noche y la imagen que nos ofrece no
tiene nada que ver con la que vimos ayer por la mañana.
Llegamos a la hora de llamada a la oración, nos
sentamos en el patio y vemos todo el protocolo: llega la gente al patio, pasa
por la zona de las abluciones y después va entrando por las diferentes puertas
a la zona de oración. Al terminar salen y van saliendo del recinto.
A nuestro lado se sienta una señora que entabla
conversación con nosotros, por signos eso sí, ya que solo habla persa. Nos hace
entender que sus amigas están dentro pero que ella no quiere entrar, que no
está muy de acuerdo y nos enseña las fotos de su familia que tiene en el móvil.
Al finalizar la oración salen sus amigas y tenemos sesión de fotos con ellas.
Volvemos a la plaza callejeando por el bazar. Es
tarde y ya están todas las tiendas cerradas. Al llegar a la Hosseinieh vemos
que está llena de gente cantando, han empezado las celebraciones. Nos asomamos
y vemos que solo hay hombres, no entramos pero nos quedamos al lado de la
puesta escuchando los cantos.
Al ratito, escuchamos a otro grupo de personas
cantando y el sonido se va acercando. Es una especie de procesión que al llegar
a la puerta de la Hosseinieh entra y se une a la
celebración.
Uno de los señores que viene en este grupo y que
habla inglés se pone a hablar con nosotras, nos cuenta la historia del Moharram
y se asombra que al menos tengamos alguna noción y del interés que mostramos.
Nos invita a entrar pese a que dentro no hay mujeres, nos ponemos discretamente
en la parte de atrás.
Hay una persona que dirige la celebración y va
cantando/recitando versos. El sonido es especial, es una mezcla entre flamenco
y una saeta. El resto de los presentes le responden también cantando y a la vez
se dan golpes con el puño en el pecho. Estos golpes aportan la percusión a la voz
y hace que el momento sea muy especial, tanto que se te ponen los pelos de
punta aunque no seas musulmán ni entiendas lo que dicen.
Permanecemos de pie y en silencio disfrutando de
la celebración hasta que termina cuando nos invitan a compartir un té con
ellos. Agradecemos la amabilidad y nos despedimos.
La experiencia es indescriptible, es una de
las cosas que se me quedarán gravadas en
la memoria y que tendré como uno de los mejores momentos cuando recuerde este
viaje.
Seguimos hasta la plaza, es tarde y ya está
prácticamente todo cerrado. Entramos en una tiendecilla a comprar postales y
vemos a unos chicos jugando al backgammon, nos quedamos mirando la partida y al
terminar nos invitan a jugar. Ahí integrados con los chicos y la madre que es
la que regenta la tiendecilla damos por terminado este día que solo puede ser
definido como “DIA REDONDO”
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