martes, 30 de septiembre de 2008

Indonesia Sep-08 6/9

Martes 16 Septiembre - (Sulawesi)

Empieza nuestra aventura Toraja. Es una zona única, parece que se ha quedado aislada del paso del tiempo, que éste, no ha podido atravesar las montañas que la rodean. Sus casas, sus tradiciones funerarias, sus tumbas colgantes… son parte de otro mundo y de otro tiempo.

Unas notas sobre los Toraja y su peculiar cultura:

Su nombre viene del término bugi “toriaja” que es patán, paleto… Los Toraja preservaron su cultura y tradiciones de los sucesivos ataques de los bugis, pero no pudieron con los misioneros holandeses. Actualmente, son católicos, han perdido algunas de sus tradiciones, pero las funerarias se han mantenido.

Según la mitología Toraja, se dice que este pueblo llegó en barco hasta el sur de la isla y al adentrarse encontraron esta tierra donde se asentaron y empezaron a cultivar el arroz. Por ello, se cree que las casas tradicionales, el “tongkanan”, tienen forma de barco y es una forma de recordar el origen de este pueblo.

Un tongkanan es la casa familiar de los Toraja, todas sus ceremonias se hacer alrededor de ellos. Estas casas no se pueden ni comprar ni vender, pasan de manos de padres a hijos y tienen el alma de la familia y de todos sus difuntos. Actualmente, no se suele vivir en ellos, se construye una casa más amplia al lado, pero se siguen manteniendo y restaurando.


Al lado de los tongkananes hay otras construcciones similares, más pequeñas que son los graneros donde se conserva la cosecha.

Los tongkanan están construidos con paneles de madera pintados, que se van encajando. Esto hace que se pueda desmontar y volver a montar de forma sencilla



Otro de los iconos de la cultura Toraja son los búfalos. Para este pueblo, no son unos simples animales, son un símbolo de estatussocial, un símbolo de riqueza y poder. Por ellos se llegan a pagar verdaderas fortunas. Un búfalo alvino puede costar más de 6.000 Euros.




Los funerales, son las ceremonias Toraja que han sobrevivido a la incursión de los misioneros holandeses. En la cultura Toraja se tiene gran respeto a los muertos, creen que si no se celebra un funeral tradicional, su alma no puede pasar al segundo mundo y se dedicará a incordiar al resto de sus familiares. Creen que la carne de los búfalos purifica el alma del difunto, por eso, sus sacrificios tienen un gran peso en estas ceremonias.

Para losToraja, hay dos funerales, el que se realiza nada más fallecer la persona y el tradicional. El cuerpo del difunto, se conserva en la casa hasta el segundo funeral, este no se celebra hasta que todo está preparado y puede asistir la familia. Se llegan a esperar meses e incluso años. Esos funerales suelen celebrarse
en verano para hacerlo coincidir con las vacaciones y favorecer los desplazamientos de los familiares.

El funeral tradicional, puede durar varios días en función del nivel social de la familia.

En estas ceremonias se sacrifican cerdos y búfalos, cuantos más búfalos se sacrifican, más relevancia tiene. Los cuernos de los búfalos sacrificados se colocan en la fachada frontal del tongkonan familiar.


Tras este segundo funeral, se procede al enterramiento del difunto. La familia lleva el ataúd dentro de una construcción con forma de tongkonan. Durante el camino, se va haciendo mucho ruido para despistar al espíritu del difunto y que no recuerde el camino de vuelta al pueblo y así no moleste a la familia.

Los Toraja han ido cambiando sus técnicas de enterramiento:


- En el siglo XIII ya se usaban sarcófagos ”Erong” que guardaban en cuevas.
- En el siglo XVII empieza a hacerse tumbas escavadas en la roca “Liangpa”
- Con la llegada de los holandeses, se empieza a utilizar los mausoleos

Otra técnica de enterramiento, es la que usaban para los niños pequeños, aquellos que aún no tenían dientes. Estas criaturas, según la tradición Toraja tenían alma pura lo que les permite ir directamente al segundo mundo sin necesidad de sacrificios de búfalos.

Para estos casos, se usaban los enterramientos en los árboles “Liang Pia”. Se usaba el tronco del árbol “Tarra” que tiene el tronco hueco. El “Tarra” se consideraba un árbol sagrado, se hacían agujeros en su tronco, se introducía el cuerpo del bebé y como el árbol no moría, al ir creciendo se van cerrando los orificios quedando una cicatriz en su corteza. Se creía que el alma del bebe iba creciendo con el árbol.

Los Toraja enterraban a sus muertos junto a sus pertenencias, esto ha causado no pocos saqueos a lo largo de la historia para robar los objetos de valor. Hoy ya no se entierran objetos de valor, pero si con algunas cosas que tenían significado para el muerto.

Otro elemento importante en estas ceremonias es el “Tau-Tau”, un muñeco de madera de Jack Fruit, que representa al muerto. Se suelen colocar en balcones cerca de los enterramientos. No todos los difuntos tienen derecho a uno, solo aquellos cuyo funeral tiene más de 24 búfalos. Es por tanto un símbolo de estatus social disponer de un Tau-Tau.



Empezamos el día con un paseo por el mercado de Rantepao, no es el famoso mercado en el que se puede comprar búfalos, ese ha sido ayer y nos lo hemos perdido. Es el mercado diario donde los habitantes de la zona venden sus productos y compran lo que necesitan. Como todos los mercados, sorprende su colorido.




En el pueblo Semba, en el territorio de Sa’dan, nos espera un funeral, es de grado medio, va a durar tres días y hoy es el día de la recepción. La familia recibe a los familiares y amigos que se acercan a rendir homenaje al difunto. Para ello, construyen durante semanas unos chiringuitos de caña que adornan con telas estampadas con los mismos motivos que tienen en las maderas de los tongkonan. En estos chiringuitos se sientan los visitantes, comen y toman te.



Todas las personas llevan presentes al difunto, cerdos, gallinas …. Para integrarnos en la celebración, compramos un pequeño cerdo como ofrenda para el difunto.

Cuando llegamos al pueblo, tenemos que esperar a que nos toque entrar a presentar nuestros respetos. Cuando nos llaman, entramos en fila precedidos con el cerdo que depositamos bajo la casa en la que está el féretro.




Entramos en el recinto de la recepción, los chicos a un lado y las chicas al otro. Nos sentamos en el suelo y entra la familia, a nosotras nos ofrecen caramelos, hierva para mascar, tabaco… cuando salimos, somos invitados a la casa de la familia para tomar un te con pastelitos.




Se van sacrificando los cerdos y cocinando parte de su carne, el resto se reparte entre los asistentes para que se la lleven a casa. Hay dos formas de cocinar el cerdo:

- Un guiso en una especie de olla de aluminio.
- Un asado dentro de una caña de bambú que ponen al fuego.

Nos regalan una de las cañas para que probemos la carne, a mi no me gusta mucho pues ponen la carne con hojas aromáticas y no me gusta el sabor y olor que le da.

Más tarde, visitamos el pueblo de Pallagua, es un pueblo tradicional, con varios tongkonans con sus graneros. Podemos disfrutar de esta arquitectura tradicional. Hay algunos frontales llenos de cuernos de búfalo.




Por la tarde, vamos a otro pueblo tradicional “Ke’te kesu”, es muy diferente a Pallagua, está sobre una pequeña colina cubierta de césped verde al lado de una pequeña laguna con palmeras.

En Ke’te Kesu, no solo visitamos los tongkonans, aquí vemos los primeros enterramientos Toraja. En este caso, son sarcófagos colgados en la pared de piedra. Algunos ya se han roto y sirven para recoger los huesos que se han caído de sus sarcófagos.




Miércoles 17 Septiembre - (Sulawesi)

Hoy nos vamos hacia el norte, montaña arriba disfrutando de los arrozales y del verdor del paisaje que se muestra a nuestros ojos.

Pasamos por el pueblo de Tullunglipu. Hay más tongkonanes y vemos a un grupo de sus habitantes ocupados en la restauración de una de ellas.



Seguimos hasta Deri, en las rocas volcánicas del pueblo, vemos los nichos escavados, hay personas trabajando en abrir nuevos nichos en esta roca. Abren el nicho a golpe de martillo y cincel.




En Batu Tumonga, empezamos una pequeña caminata por la zona. Cruzamos arrozales andando sobre las separaciones de sus terrazas, intentando no resbalar por el barro. A dios gracias, no ha llovido y está más seco de lo normal.

Desde aquí arriba, se disfruta de la visión del valle en el que se asienta Rantepao.

A final de la caminata, empieza a llover, corremos hasta el restaurante donde vamos a comer, nos hemos librado de una buena chupa de agua. Este restaurante está en la ladera y desde el comedor, se tienen unas vistas espectaculares.





Jueves 18 Septiembre - (Sulawesi)
Nos dirigimos a ver las tumbas colgadas en la pared. Por el camino, nos encontramos un funeral en Lemo, están en el día de matanza de búfalos y paramos.
Este espectáculo es un poco violento, hay mucha sangre y se ve como el búfalo muere.

El ritual es: Se acerca el búfalo a la puerta de la casa del difunto y una persona le corta la yugular, el búfalo se defiende y con el cuello abierto y chorreando sangre, sigue saltando, intentando escapar. Al final cae al suelo y se va a por el siguiente.




Pengumuman, ofrece unos espectaculares enterramientos en roca. En la pared, se ven los nichos y varios balcones donde se asoman los tau-tau.





Visitamos un nuevo mercado, esta vez es el de Makale, y aunque aquí hay ganado, no son búfalos, hay solamente cerdos y gallinas.

Encontramos un puesto extraño, venden una especie de fruto hueco. Aseguran que una infusión de este producto es un remedio contra el cáncer. Lo llaman casa de hormigas, es habitual que este fruto se convierta en hormiguero. El que vemos en el suelo lo era, hay miles de hormigas dentro.



En Tampangallo, encontramos otra de las formas de enterramiento, es una cueva. En el interior, se han colgado sarcófagos y se han esculpido balcones para los Tau-Tau.



La única técnica de enterramiento que no hemos visto, es la de los niños. Encontramos un “Tarra” en medio de un bosque de bambú en Kambira. El entorno es alucinante, rodeado de enormes bambúes, vemos el tronco de un Tarra. Aunque parte del árbol está seco, se siguen viendo varios enterramientos.


Esta técnica hace muchos años que no se hace, estos datan de más de 20 años.



Viernes 19 Septiembre - (Sulawesi)

Nos vamos de rafting!!!!!!!

Por Tana Toraja discurre el "Río Maulu". En su curso, ha ido abriendo un barranco alucinante. Solo se puede disfrutar de sus vistas desde el río. Sus orillas son tan escarpadas y con jungla tan cerrada que no es accesible.


Para llegar al río, tenemos que hacer una pequeña caminata cuesta abajo. Al estar el suelo seco se baja bien, pero esto con barro, debe ser como una pista de patinaje.

Tenemos una pinta penosa ladera abajo, vamos con el casco, el chaleco y el remo en la mano. La seguridad ante todo!!!!!!!




En las rocas de la orilla, vamos descubriendo muchas iguanas que descansan al sol.




El río ofrece rápidos de grado 2, 3 y 4. Pero en una excursión de un día solamente se pasan los de grado 2 y 3. Si quieres más nivel, hay que hacer un treking de un día, acampar y de esta forma se llega al punto donde comenzar el rafting.

Aunque no es un rafting para soltar adrenalina, en mi opinión es muy relajado, el paisaje merece la pena y se disfruta de él surcando las aguas. Aunque eso si, las barcas dejan mucho que desear, tienen tantos parches que no se ve casi el tejido original. Hay que ir hinchándola cada poco para mantenernos a flote.

De todas formas, totalmente recomendable no hay que perdérselo.

Hoy es nuestra última tarde en Rantepao. Es un pequeño pueblo, que aunque es el más turístico de la zona, no da esa imagen. No se ven muchos turistas, solamente hemos coincidido dos grupos de 4 o 5 españoles y uno de franceses.

El despliegue de hoteles no es alto, hay poco y no demasiado bueno, pero merece la pena las incomodidades para disfrutar de la cultura Toraja.

Respecto a los restaurantes, hay pocos y con los días que hemos estado, los hemos recorrido todos, están bien, pero como todo en este país es muy lento, pides algo y cuando ni te acuerdas que habías pedido puede que te lo traigan.
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