miércoles, 29 de septiembre de 2010

Madagascar Sep-10 4/6

Madagascar Sep-10 4/6



Miércoles 15 Sep.- Antsirabe - Antananarivo

Arriba a las 6:30 y a desayunar. Hace mucho frío, se nota que estamos muy altos.

Antes de irnos, visitamos la estación de tren de Antsirabe, es uno se sus edificios emblemáticos, la construyeron los franceses entre 1806 y 1808 utilizando mano de obra china.

Desde 1995, solamente hay tráfico ferroviario de mercancías, se está trabajando en un proyecto a nivel nacional para abrir estas líneas para el trasporte de viajeros.

El único tren de viajeros que llega a esta estación es uno turístico que hace el recorrido Antananarivo-Antsirabe. Este tren es antiguo, la locomotora es de 1910 y va haciendo paradas para hacer visitas durante el trayecto, tarda 8h.

Salimos hacia Antananarivo, el paisaje me gusta porque es montañoso y muy verde, predominan los pinos y los eucaliptos.

A parte de cultivos, por esta zona hay muchas fábricas, es la zona industrial de Madagascar. Aquí están algunas de las fábricas de Tiko, la empresa del ex-presidente.

En esta zona, los pueblos que nos encontramos en la carretera son grandes y están mucho menos espaciados entre si que los días anteriores. Se nota más vidilla y la carretera las RN7 está fenomenal, nada que ver con las pistas por las que hemos pasado.

Otra cosa que llama la atención, es que hay policía motorizada, con sus trajes, cascos y motos relucientes. Nada que ver con los policías de los controles que nos hemos encontrado otros días.

Paramos en Ambatolampy, que significa “Lugar donde hay piedras”, es una típica cuidad de la meseta por la que pasa la vía férrea y famoso por ser el lugar donde se fabrican las cacerolas y otros objetos de aluminio que se consumen en toda la isa.

Al lado de la estación hay gente con sus carros esperando por si alguien necesita un servicio de transporte.

Nos acercamos a una fábrica de cacerolas de aluminio, es un trabajo muy duro ya que hay que estar en contacto con material tóxico y que se encuentra a muy altas temperaturas.

Hasta aquí llegan todos los objetos que no sirven de aluminio de la isla para ser reciclados, se funden a 350º en unos hornos hechos de ladrillo y se consiguen unas pelotas de aluminio que servirán como materia prima para la fabricación de las cacerolas.

El siguiente paso es volver a fundir las bolas de aluminio durante 15 minutos a 350º en unos vasos de barro. Cuando está fundido, se coge el baso con el aluminio fundido con unas tenazas y se va hacia el molde.

Hacer el molde este todo un arte. Se utiliza aluminita (es una especie de arena negra que importa de EEUU). La aluminita se pone en un cajón de madera y con una cazuela hacen el molde, quedando así preparado para que se vierta el aluminio fundido por unos tubitos.

En dos minutos, se quita la aluminita y se separa la nueva cazuela, es súper rápido, se nota que son unos expertos. A esta gente la pagan por cada una de las piezas realizadas.

Continuamos nuestro camino por la RN7, vamos casi en paralelo a la vía del tren. Nos cruzamos con varias cuadrillas de peones arreglando la carretera y las cunetas. Estamos en una zona de la isla donde se cuidan las carreteras y eso se nota, nada que ver con las pistas de otros días.

El paisaje es montañoso, pero en lugar de ser redondeadas colinas, ahora son grandes bloques de piedra. Los pueblos empiezan a ser más pequeños y las casas empiezan a ser más sencillas, vuelven a los ladrillos de tierra roja con los tejados de gramíneas. Con estos tonos quedan perfectamente integradas en el paisaje.

A media mañana llegamos a la capital “Tana” como coloquialmente se llama a Antananarivo. Dado que en malgache los nombres de las ciudades y pueblos son muy largos, es normal usar diminutivos.

Tana está formada por doce colinas y es un caos, su orografía montañosa con desniveles de hasta 1.200m y el plan urbanístico, que data del 1900, hace que los atascos sean continuos y haya mucha contaminación.

A primera vista, Tana parece una localidad construida sobre una ladera, al estilo mediterráneo. Su punto más elevado está a 2.643m y la parte más baja a 1.400m. Esta diferencia de altura hace que caminar por la ciudad pueda convertirse en un rompe piernas, hay muchas escalinatas por todos los lados para facilitar la ascensión.


Esta zona, antiguamente era denominada Analamanga “Bosque Azul” hasta que en 1610 el rey Andrianjaka conquistó la región y unificó las doce colinas y apostó en la zona una guarnición cambiando el nombre a Antanananrivo “El lugar de los 1.000 guerreros”.

Es en el SigloXVIII cuando el rey guerrero Andrianampoinimerina traslada la capital a Antananarivo siendo desde entonces el baluarte más poderoso de los reinos mérina y la sede de los reyes mérina y continuó siendo sede del gobierno durante la época colonial francesa.

Hoy continúa siendo la capital del país y tiene unos cuatro millones de habitantes.

La ciudad tiene dos zonas muy diferenciadas:

-> Haute-Ville (zona alta).- Es la zona más tranquila de la ciudad, es donde vivían los reyes mérinas y posteriormente el gobierno. Aún quedan algunas de las antiguas casas coloniales de la época. Desde aquí las vistas son increíbles.

Aquí es donde está la Rova, el palacio de los reyes mérina que en estos momentos está cerrado ya que un incendio, dicen que provocado, lo arrasó. Está siendo restaurado pero los trabajos van muy lentos.

-> Basse-Ville (zona baja).- Esta es la zona donde vive la mayor parte de la población, es un caos, los mercados y los coches lo llenan todo, pero es la parte donde se toma el pulso a la ciudad.

Las dos zonas están comunicadas por empinadas escalinatas.

Dejamos las maletas en el hotel, es el mimo que usamos a nuestra llegada al país, pero parece otro, si entonces era un hotel calificado como “Aceptable” hoy adquiere la categoría “Cinco Estrellas” si lo comparamos con los que hemos tenido desde entonces.

Para comer, voy al Mercado Principal de Analakely a mezclarme con la gente y disfrutar del ambientillo.
El mercado es enorme hay de todo y mucha gente por todos los lados. Encontramos una especie de local con una fila de puestos de comida y nos sentamos entre los locales, nos miran un poco raro, somos las únicas dos blanquitas. No es fácil decidir que pedir, todo tiene una pinta un poco extraña, con muchas salsas y eso no es muy recomendable. Pedimos una chuleta de cerdo que está como guisada y nos toca convencer a la chica del puesto que no queremos arroz pero al final nos entiende. Si por ser blancas nos consideran raritas, por no querer arroz ya somos marcianas. Para no perder la costumbre, el cubierto que me dan es una cuchara.

Pregunta: ¿Cómo se come una chuleta solo con una cuchara?

Respuesta: Con las manos por supuesto :)

Seguimos picoteando cosas por otros puestos. Hacemos una pequeña compra de croquetas, tortillas de verduras, fruta... y nos vamos a un parque donde van a descansar los locales a la hora de la comida. Ya es tarde y no hay gente comiendo pero si sentados en la hierva o disfrutando con sus niños en un pequeño parque de atracciones que hay. Lo de las atracciones tiene su punto, son de lo más curiosas pues no tienen motor para que giren, es el chico que lo gestiona el que a fuerza bruta hace que giren.

Después de comer vamos a la Haute-Ville, subimos en bus, no hay tiempo para hacer la ascensión a pié, viva la comodidad :)


Las vistas desde aquí son increíbles, se ve perfectamente el lago Anosy y la llanura por la que se extiende la ciudad.

Vemos el palacio de La Roba desde fuera, está cerrado para ser reconstruido, según las guías habría sido interesante visitarlo, pero va a tocar esperar a una nueva visita, si es que ya se han terminado los trabajos y se ha abierto.

Paseamos por la zona alta, viendo las mansiones que aunque ahora no están muy cuidadas mantienen su encanto y las callejuelas.

Bajamos al hotel y a cenar. Vamos al restaurante del Hotel de France, tienen pizzas muy buenas, está bien.

Ya es totalmente de noche (aunque ni son las 21:00) cuando volvemos al hotel. La ciudad ha cambiado radicalmente, es otra. El caos, los miles de personas por la calle a dado lugar a una ciudad oscura, solitaria y silenciosa. Solamente hay algunas personas que se acercan a pedir. Nos han avisado que no es muy recomendable andar por la noche por la ciudad y que si se hace, hay que ir en grupo. Solo son unos 300m que hacemos andando rápido y no hay problemas.

A dormir, mañana más.




Jueves 16 Sep.- Antananarivo - Sambava

Arriba a las 5:45. Hoy hay que disfrutar del desayuno, es una de las cosas a destacar de este hotel, los cruasanes y el pan está espectaculares, para nada es “pan de aire".

Nos vamos a aeropuerto, volamos al norte. Es hora de tener el primer contacto con las líneas aéreas malgaches. La experiencia es buena.

El vuelo hace escala en Maroantseta, esta población es costera y está en medio de una zona selvática. Es famosa por ser un punto muy visitado para avistar ballenas, éstas hacen escala en su bahía á descansar en su migración anual. Una pena no poder intentar salir a verlas, no hay tiempo y tampoco es la época ideal, otra vez que me quedo sin ver ballenas estando en un lugar con posibilidades :(

El aeropuerto es toda una experiencia, la pista es pleno campo y se ven cebús por la zona, supongo que si no hay accidentes es porque Dios no quiere porque papeletas hay muchas.

Hay que bajar del avión, aunque no desembarcan nuestras maletas. Para etiquetarte como “persona en tránsito”, te dan un papelito ya que no hay ni terminal, es una sala pero se puede salir y entrar sin problemas. La espera es corta, no llega a 15 minutos y volvemos a subir al avión (hay que enseñar el papelito “estoy de transito”) y en nada llegamos a Sambaba que tiene un aeropuerto un poco más convencional.

Sambaba es una ciudad de unos 28.000 habitantes. Se extiende de forma incontrolada entre el mar y el macizo del Marojejy. No tiene nada especial pero es ideal para acceder al PN de Marojejy y hacer excursiones por la zona viendo sus cultivos de café, clavo y vainilla.

Sus largas playas de arena blanca podrían ser un gran atractivo turístico si no fuera por el fuerte viento que suele hacer, los tiburones y las grandes corrientes que hacen muy peligroso bañarse. Solamente entrando hasta las rodillas se nota la resaca, no es recomendable entrar más adentro.

Paseamos por el pueblo, por la zona del mercado. Nos encontramos con mucha gente en la calle, como esperando un espectáculo, preguntamos y nos dicen que va a haber un mitin político, habrá pronto algún tipo de votación y vienen los políticos a dar sus arengas.

Solo poner un pié en Sambaba parece que estamos en otro país, esta zona es totalmente diferente y no sólo por la vegetación y el calor pegajoso. La gente es distinta: son más bajos y no tan estilizados como los sakalava y visten con ropa mucho más ajustada y colorida da la sensación de estar en el Caribe. Aquí la etnia dominante es la Betsimisakara, también de origen africano.

Volvemos al hotel paseando por la playa, es súper larga y casi se nos hace de noche paseando por ella. Es de arena blanca y está flanqueada de enormes palmeras, una pena que no poder bañarse porque es un paraje ideal.

Cena y a dormir.


Información sobre el hotel
Hotel Carrefour
e-mail:
hotelcarrefour@yahoo.fr


Valoración: Regular
- Situado al lado de la playa.
- Está en obras.
- La recepción y la zona de restaurante están muy bien.
- La habitación es enorme pero está muy descuidada, no funcionan la mayoría de las luces.
- Hay muchos insectos en la habitación, hay que poner el mata mosquitos eléctrico, el problema es que no hay muchos enchufes que funcionen.



Viernes 17 Sep.- Sambava – PN Marojejy

Arriba a las 6:30, hay que terminar de hacer las compras para el treking por el PN de Marojejy y en furgoneta vamos hasta su entrada.

El paisaje que encontramos por el camino es muy bonito, mucha vegetación por todos los lados y la fondo se difuminan entre la bruma las montañas. Una preciosidad. Hay pequeños poblados por todos los lados con casa pequeñas de madera y con tejado de palma y están elevadas del suelo por pequeños pivotes para aislarse de las constantes lluvias de la zona.

El escarpado macizo de Marojejy se levanta a unos 60km al norte de Sambava. Forma parte de las 60.050Ha que forma en Parque Nacional que protege una zona salvaje y remota, famosa por su vegetación, que incluye más de dos mil tipos de plantas y los espectaculares paisajes desde los tramos más elevados de la selva.

El parque también protege más de cien especies de aves, un 70% endémicas de Madagascar y once especies de lémures, incluyendo el aye-aye, el sifaka sedoso y el vanga de caso que es endémico de este parque.

Esta zona tubo repercusión mediática en 1997 cuando se descubrió un árbol que se creía extinguido en la tierra desde hace mas de 120 millones de años.

Dado las diferencias de altitud que hay en las diferentes partes del parque, se pueden encontrar muy diferentes entornos y climas:

-> Un paisaje selvático en las zonas bajas.

-> Un bosque de tierras altas, por encima de los 800m.

-> Una zona de vegetación primaria que consiste en brezal, musgos y líquenes en la parte alta. Se alcanza la mayor cota en el pico Marojejy con sus 2.133m. En esta zona se alcanzan temperaturas muy bajas que contrastan fuertemente con las cálidas de la zona baja.

Este parque es una de las zonas más lluviosas del planeta, no es de extrañar pues la vegetación que tiene lo necesita.

Dejamos la furgo al llegar al centro de interpretación, aquí hay que contratar guía (es obligatorio para entrar en el PN) los porteadores y el cocinero. Nos vana a acompañar los tres días de treking por el Marojejy. Ponemos la comida, el agua y las cosas en cestas y estamos preparados para salir.

Desde aquí empezamos la caminata, aún quedan 5,6 Km hasta la puerta del parque. Para llegar, cruzaremos zonas de abundante vegetación




dos poblados
y campos de cultivo donde los lugareños se afanan en el cultivo del arroz.

Hemos encontrado algunas estampas graciosas: una gallina que hace de madre de una camada de patitos, eso es instinto maternal y lo demás tonterías

Y gallinas correteando por los arrozales, comiendo los insectos y larvas que proliferan en estas zonas húmedas

Encontramos varios tipos de camaleones y un ciempiés increíble.

Lo que me ha encantado es ver piñas, nunca las había visto en la planta y la verdad es que me ha hecho mucha ilusión. Ya puedo asegurar que las piñas no crecen en las cajas de los supermercados :)

Y ya estamos en la puerta del parque, es momento de reponer fuerzas y picar algo antes de empezar la ascensión.

Entramos en el parque, el camino hasta el primer campamento “Camp Matella” que está a 450m es bueno, son 4,5km bien marcados y con ayudas para sortear los pocos desniveles que encontramos. En esta zona la selva lo cubre todo, a los lados del camino la pared arbórea impide ver más allá.

El camino lo cruzan varios riachuelos que crean pequeñas pozas y cascadas.

El "Camp Mantella" son una serie de barracones y una zona de cocina y restaurante en medio de la selva, cerca hay unas cascadas con piscinas naturales. No podemos pararnos pues el objetivo es llegar al campamento número 3 a dormir y aún nos queda mucho tramo que recorrer.

El camino hasta el segundo campamento “Camp Marojejya” que está a 750m empieza a empeorar, ya no está tan bien marcado y hay más desniveles pero los 2Km que separan estos campamentos se hacen sin problemas.

El Camp Marojejya está en el cauce de uno de los riachuelos que cruza el parque, cruzamos con cuidado pues las piedras del suelo son losas que deslizan mucho y comenzamos la subida al campamento 3.

Este tramo empieza a complicarse, ya lo del camino es algo que se ha olvidado, hay que ir ascendiendo agarrándose de las raíces de los árboles, es divertido pero tienes que ir muy pendiente del suelo.

A la salida del campamento dos, vemos unos lémures saltando por encima del camino y empieza a llover, al principio poco y no nos ponemos nada, pero empieza a animarse y hay que sacar el chubasquero y los protectores de las mochilas.

La subida se complica con la lluvia, el suelo se hace más deslizante. En este tramo, hay varios miradores pero con lo cubierto que esta todo y lo empapados que vamos ni nos paramos a ver las vistas (bueno, la verdad es que vistas pocas hay hoy).

Después de 8h de caminata, unos 1.679m acumulados y calados hasta los huesos, llegamos al campamento 3 “Camp Simpona” que está a 1.380m y solamente dista 2,3km del campamento 2 pero que se han hecho eternos.

Este campamento son dos barracones con cuatro literas cada unos y una plataforma con techo donde hay una mesa y espacio para montar cocina, Todo en medio de la vegetación.

Sigue lloviendo, nos quitamos la ropa mojada e inocentemente la ponemos a secar con la esperanza de que mañana esté seca pues salvo la que tenemos ahora no tenemos nada más seco.

Nos sentamos en la zona de mesas esperando a que el cocinero termine la cena, hace mucho frío y humedad, aunque te abrigues es lo mismo.

En cuanto cenamos nos vamos corriendo al saco, al menos ahí se está calentito. El tejado del barracón es de chapa y el agua, que no para de caer suena mucho.



Sábado 18 Sep.- PN Marojejy

Arriba pronto, en cuanto amanece. No ha parado de llover en toda la noche y continúa haciéndolo aunque de vez en cuando para e incluso sale el sol.

Decidimos anular la ascensión al pico Marojejy, pues aunque solamente son 2,3Km el desnivel es de unos 700m y el terreno es muy malo y con la lluvia es una verdadera pista de patinaje.

Nos quedamos un rato en la zona de mesas desayunando con calma a ver si para un poco y podemos empezar el descenso. A las 9:30 parece que ha parado un poco, decidimos hacer valor, ponernos la ropa
mojada (hay que guardar la seca para la noche) y empezar a bajar.

Lo bueno es que casi no llueve, lo malo, que con todo lo que ha caído el suelo resbala y como ahora es descender hay que ir con mucho cuidado. El suelo no tiene barro, pues el 90% son raíces pero que parecen una pista de patinaje.

Hoy si podemos pararnos en los miradores y disfrutar de la vista, tenemos la suerte de que se ha despejado un poco cuando pasamos por uno de ellos.

Seguimos bajando hasta el campamento 2, “Camp Marojejya” que es donde vamos a dormir hoy, tendríamos que haber llegado a la hora de la cena pero al no hacer cumbre, llegamos a la hora de la comida.

Este campamento es mucho más amplio que el otro, tiene cuatro casitas con cuatro literas cada una de ellas, una casita con ducha y otra con baño. La zona de mesas y cocinas está sobre el cauce del río y tiene unas vistas espectaculares. Lo malo, es que para llegar hay que pasar por unas rocas muy deslizantes, tienen una cuerda para agarrarse.

Dejamos las mochilas, nos quitamos la ropa para ponernos la seca e intentar que se seque un poco.

En cuanto nos sentamos en la zona de las mesas empieza a llover de forma torrencial, hemos tenido mucha suerte, si hubiéramos empezado a bajar solo media hora más tarde nos habría pillado.

El tiempo está un poco loco: llueve, sale el sol, vuelve a llover... no hacemos más que tender la ropa, recogerla y para nada pues por la noche sigue tan mojada como por la mañana :)

Por debajo de la plataforma donde esta la zona de mesas, tenemos visita. Hay unas mangostas de cola anillada que no hace más que venir de visita a ver si consigue comerse algo que se les caiga a los cocineros.

Pasamos el rato en la zona de las mesas viendo el paisaje y ojeando libros de animalitos y plantas de la zona. A las 15:30 parece que ha dejado de llover y vamos a dar una paseo, solamente se puede seguir el sendero así que vamos dirección campamento uno para ver si podemos encontrar animalitos. No tenemos mucha suerte, salvo algún camaleón y un búho nos hemos tenido que conformar con una seta un tanto peculiar y la frondosa vegetación.

Volvemos al campamento, un rato de relax antes de cenar. Después al saco y a dormir.



Domingo 19 Sep.- PN Marojejy - Vohemar

Arriba a las 4:00, desayunamos y antes de que haya amanecido, con los frontales encendido, empezamos a bajar hacia el campamento uno. Hay que salir pronto pues nos queda una larga tirada hasta el centro de interpretación y el objetivo es llegar antes de la hora de la comida.

A medida que vamos bajando al campamento uno, va amaneciendo. Cuando llegamos, es completamente de día. Continuamos el descenso disfrutando del paisaje. Las plantas salvajes de café que crecen entre la vegetación.

El camino es el mismo que el de subida, volvemos a ver varios camaleones y árboles cargados de Fruta de Jack y papaya. La fruta del Jack es muy apreciada aunque tiene un olor muy fuerte y desagradable. Esta fruta se encuentra por todo el sudeste asiático y con ella se hacen todo tipo de dulces.Estamos en la costa de la vainilla, zona de cultivo de vainilla por excelencia. No es un cultivo oriundo de esta zona, fue introducida desde México por productores franceses. Se trata de un tipo de orquídea trepadora llamada “Vanila Planifolia” que crece en los árboles. En Madagascar no existen los insectos que la polinizan, se hace de forma manual por el hombre. Las semillas de vainilla crecen dentro de una larga vaina que cuelga de la planta, cada vaina puede albergar miles de ellas. Las vainillas de color oscuro o negro son las más apreciadas por su fuerte aroma.

Las vainas de vainilla después de ser recolectadas hay que cocerlas y posteriormente dejarlas a secar al sol, pero no del todo. Aún húmedas, se envuelven en papel para que se potencie su aroma y terminen de secarse. A la hora de comprar vainilla, es importante que te la den envuelta en papel y no en bolsas de plástico, así mantiene intacto su aroma.

Encontramos algunas flores de vainilla y en el pueblo vemos como tienen puestas a secar unas cuantas vainas.

Volvemos a cruzar las zonas de cultivo y los pueblos para llegar al centro de interpretación, la zona sigue estando muy animada.

Comemos en Sambava y después tomamos la RN-V camino de Vohemar, nos esperan 150km por una carretera no en muy malas condiciones, salvo unos baches, que más bien parecen piscinas, que están perfectamente señalizados y parece que han empezado a repararlos, el resto le damos un aprobado.

Es curioso que todos los puentes, pasamos muchos, son estrechos, solamente cabe un vehículo. A la entrada de todo puente hay una zona para esperar por si viene alguien de frente. Esto mismo ocurría en el Sur. No se si es que tienen un molde y todos los hacen igual o alguna otra explicación.

El paisaje es precioso, todo verde, selvático y lleno de arrozales con las montañas al fondo. Cruzamos muchos ríos, sus cauces son muy anchos aunque al estar en la época seca baja poco agua y en algunos casos casi ninguna.

Paramos en Ampanefema, un pueblecito, para estirar un poco las piernas. Están de domingo y tiene mucha animación.

Por todos los lados hay gente haciéndose trencitas, debe ser que el domingo es el día internacional de hacerse trenzas. Otra cosa curiosa es la forma de vestir, no se si es por ser domingo o porque aquí es tradición, se usan dos pareos: uno para enrollarse sobre el cuerpo y otro del mismo estampado para ponérselo por la cabeza.

Aunque estemos perdidos por Africa, el futbol y el domingo están también ligados. En todos los pueblos que pasamos vemos partidos de futbol y mucha geste viéndolos, la fiebre del futbol está por todos los lados.

Como sobre el kilómetro 80, el paisaje empieza a cambiar, aunque siegue siendo verde, las laderas se van pelando, la deforestación está haciendo estragos.

Encontramos muchos rebaños de cebús, esto en el resto del país no lo habíamos visto, había cebús pero no tantos. Aquí los rebaños están sueltos y cruzan cuando quieren la carretera, hay que ir con cuidado para no tener un accidente.

Llegamos a Iharana (comúnmente conocida como Vohemar) es el último pueblo de la costa Este al que llega la carretera. Es famoso por su producción de vainilla, ésto sigue siendo la costa de la vainilla.

Vamos como locos hacia la ducha, después de tres días sin que te caiga agua calentita es un verdadero placer y una necesidad :). Aprovechamos para secar las botas y lavar la ropa aunque sea para guardarla en la bolsa de la ropa sucia, después del Marojejy está tan sucia y huele tan mal por la humedad que no es recomendable guardarla.

Cena y a dormir.


Información del hotel:
Hotel La Baie D’iharana

http://normada.com/iharana
e-mail: mcmavoh@moov.mg

Valoración: Buena
- Al lado del mar
- Habitación amplia y cómoda con unos grandes balcones.
- Tiene aire acondicionado que va bien para secar la ropa.
- Cena muy rica


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