Arriba a las 5:00, desayuno y de nuevo a andar. El objetivo es D’ankavandra el pueblo donde comenzará el descenso del Manambolo.
El camino empieza descendiendo, el valle aún queda lejos del lugar donde hemos tenido esta noche el campamento. Durante la bajada, las vistas sobre el valle son preciosas.
Ya en el valle, cruzamos un pequeño poblado y empezamos a encontrarnos gente, se nota que estamos cerca de un pueblo.
Al llegar a uno de los brazos del Manambolo, toca descalzarse para cruzarlo, no tiene mucha corriente pero el agua llega a las rodillas. En el río hay unos niños jugando con unos juguetes que ellos mismos se han fabricado.
Llegamos a D’ankavandra, es un pueblo muy grande y aunque aún no son las 10 de la mañana, hace un calor horrible, no se puede salir de la sombra.
Como en todos los pueblos, la cantidad de niños es asombrosa, solo se ve por la calle niños, alguna mujer y muy muy pocos hombre.
Jugamos un rato con los niños, somos el centro de atención y la diversión del día. Son súper agradecidos y risueños y se lo pasan bien cantando y jugando.
Empieza nuestra aventura fluvial, el cauce es muy ancho pero hay muy poco caudal, las canoas se quedan encalladas cada poco en los bancos de arena que se forman y hay que bajar y empujar.
Un baño en el río, abrigarse y a cenar. Después de la cena, los chicos nos han preparado un fuego, vienen con su guitarra y nos cantan canciones malgaches y nos animan a bailar. Improvisamos así una pequeña fiesta nocturna al calor del fuego que se alarga hasta las 23:00 (Todo un exceso si tenemos en cuenta que a las 21:00 estamos todos los días en la cama).
La guitarra que tienen es pura artesanía, la hacen con madera de árbol e hilo de sedal pero suena fenomenal. El nombre de esta guitarra en malgache es “kavusis”.
Al saco, que hay que descansar, mañana nos espera un día entero remando :)
Miércoles 8 Sep.- Descenso por el Manambolo
5:00 arriba, desayuno, desmontar el campamento y a las canoas.
Empezamos a remar a las 6:30, con el fresquito de la mañana es genial y se disfruta del paisaje y aunque es duro, no hay que añadir el calor que hace más tarde.
Después del descanso, de nuevo al río. Ahora hace mucho calor, me molestan las lentillas, no paran de llorarme los ojos y me entra una pájara, no tengo fuerzas para remar y me empiezo a preguntar que hago yo aquí, en medio de la nada, remando bajo el sol con lo bien que estaría en una playa tomando el sol, pero bueno, esto solo es consecuencia de la pájara, menos mal.
La parada para la comida me va genial, han sido dos horas horribles que no veía la hora de que terminaran. Bajamos en una zona con grandes árboles de mango y puedo quitarme las lentillas para que respiren un poco los ojos.
Los chicos tardan mucho en hacer la comida, pero esta vez me parece perfecto, me va bien para descansar a la sombra.
De nuevo al agua, parezco otra y empiezo a disfrutar de nuevo con el descenso, hacemos una nueva parada para ver un poblado sakalava. Nos dan la bienvenida unos chicos en el agua con la guitarra
En este poblado se celebra un mercado los martes, cosa que parece un poco rara por ser tan pequeño, pero es que ya celebraba antes y no se ha cambiado la tradición, también es porque es el punto intermedio de otras dos poblaciones.
Entre las dos casas, encontramos el árbol ceremonial protector que hay en todo pueblo sakalava.
Vemos que otra cosa no tienen, pero imaginación mucha. Se han construido una batería genial y que suena muy bien. Lo que es raro es que en un lugar tan remoto les lleguen imágenes de una batería para poder copiarla, pero éstas las veremos por otros poblados del río, así que de alguna forma se han puesto de moda.
Se vuelve a levantar aire y esta vez nos pilla en la canoa y es en contra, por lo que aún se hace más duro avanzar. Parece que lo de aire antes del anochecer es algo normal por esta zona, ésto es malísimo para la desertización ya que aviva mucho los incendios, la mayoría provocados, que se producen.
Dos horas remando en contra del viento para alcanzar la playa que se va a convertir en nuestro campamento por esta noche. Esta playa es también grande y de arena blanca, montamos tiendas y bañito en el río para relajar.
Los atardeceres en el río son preciosos.
Hoy pronto al saco, no hay fiesta nocturna.
Jueves 9 Sep.- Descenso por el Manambolo
Arriba a las 5:00, hay que empezar a remar cuanto antes para evitar las horas de sol en el río.
Por la mañana, los chicos están quitando la piel a los cocodrilos, es un poco complicado, no quieren estropearla. Es un producto que se vende a un buen precio en el mercado de Tana.
Hoy parece que hace más fresquito, esto se agradece ya que hace más agradable el paseo por el río. También el paisaje cambia un poco, se ven más pájaros y más gente por el río.
Hay mucha gente en la orilla, está muy animada.
A las 14.30, de nuevo al río, tras hora y media remando hacemos una parada en un poblado Sakalava. Akilanana es una de las aldeas más antiguas de la zona. Aquí se asentaron los Vazimba que fueron los primeros pobladores de la isla y de los que descienden los actuales Sakalavas.
No hay muchos vestigios que nos cuenten como fue este pueblo, lo poco que se conoce nos llega de la tradición oral. En ella, se cuenta que fueron creados por un hombre blanco al que llaman “Andreanafusy”.
Lo que si está claro es que se asentaron en esta zona, quedan algunos restos en las cuevas de la zona de los Tsingy.
En esta aldea viven del pescado que sacan del río y de la fabricación y venta de ron. Su fabricación es totalmente artesanal:
Trocean la caña de azúcar y junto con fruta de tamarindo entierran la mezcla en un hueco escavado en el suelo. Ahí se deja de 15 a 20 días para que fermente.
Una vez pasados los 15, 20 días se saca la mezcla y se pone en una cazuela enorme que está al fuego. Esta cazuela se tapa completamente con barro y lo único que sale es una caña que forma el alambique artesanal que se usa para destilar el ron.
El ron que sacan es muy puro y ésta es una de las zonas productoras de la isla.
Son las mujeres con los niños las encargadas de estos trabajos.
En esta playa no estamos solos, hay un chamizo donde vive una familia mientras cultiva el arroz, somos toda una atracción para ellos.
La cena hoy es especial, nos preparan las capturas que han hecho en el río: Unas brochetas de cocodrilo y el pescado frito están estupendas.
Tras la cena, nos vamos a un fuego que nos han preparado y de nuevo tenemos fiesta. Esta vez se nos unen los vecinos y pasamos un buen rato escuchando la música y bailando.
Al saco y a dormir.
Viernes 10 Sep.- Descenso por el Manambolo – Bekopaka – Petit Tsingy
Arriba a las 5:00, desayuno, desmontar el campamento y al río. Hoy nos espera un día completito.
Hoy nos vamos acercando al desfiladero, se nota en las vistas. Las altas pareces empiezan a aparecer ante nuestros ojos. Me gusta mucho más este paisaje que el de los días anteriores.
Hay mucha más vegetación, al ser una zona más escarpada, no llegan los pirómanos. Aquí no se sacaría partido del suelo quemado y ésto se nota. A lo lejos se ve saltar algunos lémures entre los árboles, está muy lejos pero da ilusión ver los primeros lémures.
Bajamos hasta las canoas y de nuevo al remo, nos quedan dos horas hasta Bekopaka.
Este tramo del río es aún más escarpado, las paredes están erosionadas y aparecen muchas cuevas. Hay mucha vegetación directamente sobre la roca, se ven muchos árboles que parecen secos, no se exactamente si lo están o es que estamos en invierno y son de hoja caduca.
Unos días interesantes, pero hay que reconocer que han sido algo duros, pero como siempre, cuando lo ves a toro pasado merece la pena aunque eso si, no da pena abandonar el remo :)
Nos vamos a alojar en un Tented Camp, de nuevo en tienda, pero esta vez es grande y lo de poder entrar de pie tiene su punto :)
Los Tsingy son formaciones de roca calcárea totalmente erosionada, hace 200.000 años, esta zona era fondo marino donde se depositaban restos de coral, conchas… Con los movimientos telúricos, la zona emergió y solo ha hecho falta miles de año de erosión por el agua y el viento para conseguir este espectáculo de la naturaleza.
En Madagascar hay varias zonas donde poder disfrutar de los Tsingy una de ellas es el Parque Natural de Bemaraha que es donde nos encontramos.
La palabra Tsingy significa “Andar de puntillas” y debe su nombre a que los antiguos pobladores de la zona, los Vazimba, decían que para caminar por ellos había que ir de puntillas saltando de pido en pico.
Esta zona ha estado poblada hasta entrado el siglo XX, cuando pasó a ser considerada Parque Natural. Ha servido de refugio para los habitantes de la zona durante la colonización francesa, era poco accesible y no muy conocida por los que no vivían en éste área. Aún es fácil encontrar restos de los utensilios del día a día de estos pueblos.
Este Parque Natural tiene una extensión de 66.630 Ha y es considerado Patrimonio Mundial por la Unesco. El parque distingue dos zonas muy diferenciadas: los Petits Tsingy y los Grand Tsingy así como una gran superficie arbórea en la que viven mas de noventa especies de aves, ocho de reptiles y once de lémures incluido el Sifaka de Decken.
Hoy visitamos la zona de los Petits Tsingy, se encuentra a la orilla del Manambolo, justo en frente de nuestro TentedCamp. Al bajar de las canoas nos acercamos andando.
Antes de llegar a los Tsingy vemos nuestros primeros lémures, bueno vimos unos desde las canoas pero estaban tan lejos que no cuenta. Estos son marrones y tienen una mancha roja en la cara y los vemos saltar entre las ramas de los árboles.
Importante, antes de entrar saber que los Tsingy es considerada zona sagrada y hay que respetar el fady (tradición de tabúes). En este caso, lo que es tabú, es señalar con el dedo. Si se quiere indicar algo a alguien debe hacerlo con la mano extendida, con el puño… pero nunca con el dedo. Es complicado cambiar de chip pues todo te llama la atención en este paraje y de forma instintiva vas a comentarlo con el de al lado señalándolo, claro está, con el dedo.
Durante el recorrido subimos, bajamos, volvemos a subir… es muy divertido es como tener que ir sorteando una serie de obstáculos que van apareciendo en nuestro camino.
En cuanto empieza a caer el sol, llega la hora del baño, mujeres y niños se acercan a la orilla para bañarse.
Información del Hotel
TentedCamp Croco
BeKopaka
Valoración.- Buena
- Es tranquilo.
- Las tiendas son amplias y están muy limpias. Las camas tienen mosquiteras.
- Las duchas y los baños están muy bien
- El comedor/bar es muy agradable, es una terraza con vistas al río.
- No hay luz ni enchufes en las tiendas pero se puede cargar en el bar/restaurante, eso si, solo hasta las 22:00 que es cuando apagan el generador.
Sábado 11 Sep.- Bekopaka – Grand Tsingy - Bekopaka
Arriba a las 5:45, desayuno y a cruzar de nuevo el río en las canoas. En la otra orilla nos esperan los 4x4 que nos acercarán a la zona de los Gand Tsingy.
Solamente están a 17km pero tardamos una hora y media, la pista es horrible y hay que ir despacio. Hacemos una parada en un pueblo a comprar agua, va a hacer mucho calor y hay que mantenerse hidratados.
Dejamos el 4x4 en el aparcamiento y hay que caminar un rato hasta llegar a la entrada de los Tsingy. Empezamos por una zona pelada pero poco a poco va ganando vegetación hasta que estamos en medio de un bosque.
Para el recorrido de los Grand Tsingy es necesario, por seguridad, usar arnés y unos mosquetones que permitirán asegurarnos en los pasos complicados. Tienen todo el itinerario perfectamente equipado, parece casi una vía ferrata.
Nos colocamos el arnés, los guantes para no cortarnos con las rocas, el frontal y ale, a adentrarnos en los Tsingy.
El recorrido empieza de bajada, es una chimenea muy estrecha equipada con una escalera metálica que nos permite llegar al suelo.
Estos lémures son de la familia de los Sifaka, tiene un pelaje blanco con el hocico y las patas negras. Tiene un pelo largo y así blanquitos parecen totalmente peluches.
Vemos una nueva familia de lémures, también son Sifakas, saltando entre los árboles, incluso uno de ellos baja a la superficie de los Tsingy y salta entre ellos, no es normal que éstos animales bajen al suelo ya que los hace más vulnerables.
Esta vez volvemos en el ferry al TentedCapm, tenemos que dejar los 4x4 en la otra orilla para mañana. Un ratito de descanso pero pequeño pues vamos a hacer un treking nocturno a ver si tenemos suerte y vemos animalitos.
Cruzamos de nuevo el río en canoa y con nuestro frontal empezamos a andar, ahora en sentido contrario a donde se encuentran los Petit Tsingy. Hay que ir en silencio para no asustar a los animales, pero la verdad es que poco tenemos que asustar, después de casi dos horas andando nuestro botín de animales es:
-> Una serpiente en un árbol, supongo que estaría dormida porque no se movía.
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