Miércoles 19 Septiembre - (El Chocó - Santa
Marta)
Desayuno a las 8:00, hoy es el día
internacional de la visita a los aeropuertos colombianos. Toca tomar 3 aviones
y pasar por 4 aeropuertos, que planazo :)
Volvemos en la buseta multicolor al
aeropuerto, esta vez no nos cantan, pero vamos a tope, no cabe ni un alfiler.
El aeropuerto de Bahía Solano es el José
Celestino Mutis, aunque es pequeño, hay que llegar pronto pues aquí te abren la
maleta y la miran en detalle, una vez inspeccionada, la cierras y la facturas.
Lo increíble, es que el equipaje de mano ni lo miran puedes subir al avión todo
lo que quieras mientras no esté en la maleta que facturas :)
A este aeropuerto, también se le llama
"Sal si puedes" pues es habitual que llueva y haya que suspender los
despegues.
Llega un furgón de la policía y salen con un
chico esposado, va súper elegante y le dejan a su bola. Se mueve a su aire por
la terminal, se acerca a unos que parece que conoce y le invitan a una cerveza,
sale a la zona de la pista a fumar... parece que no tiene muchas ganas de
escaparse.
Tras unos 35m de vuelo, aterrizamos en el aeropuerto
nacional de Medellín, el Olaya Herrera. Recogemos las maletas y ponemos rumbo
al aeropuerto Internacional de Medellín, el Jose María Córdoba que está en Rio
Negro a 1 hora más o menos del centro de Medellín.
Hay que cruzar la zona Rosa y los barrios
residenciales. Esto es un Medellín diferente al que vimos hace unos días, nada
que ver. Incluso la carretera hacia el aeropuerto es otro mundo, todo es
perfecto: Carreteras sin baches, perfectamente pintadas, medianas con flores,
áreas de servicio súper cool, centros comerciales... No parece que estemos en
Colombia, es como si nos han "Tele-Transportado" a una carretera del
norte de España, pues el entorno es verde y montañoso.
El aeropuerto internacional es más grande,
pero muy manejable. Tienen wifi gratis y una zona de restaurante decente. Hay
que comer aquí, si esperamos a llegar a Bogotá será demasiado tarde aunque
solamente tenemos 30m antes de embarcar. Lo que me llama la atención es que hay
varias personas que para comer, se ponen guantes de plástico, de esos que hay
en la frutería del súper. Me comentan que es para no mancharse, pues están
comiendo pollo frito tipo KFC. Con lo fácil que es engurrarse y después pasar a
lavarse las manos.
Si miramos en el mapa, parece un poco tonto
bajar desde Medellín a Bogotá para tener que deshacer el camino cuando subamos
a Santa Marta, el problema es que el vuelo directo desde Medellín es por la
mañana y es imposible llegar a tiempo desde el Chocó.
Sin problemas, aterrizamos en el aeropuerto
El Dorado de Bogotá, tenemos un ratito de espera hasta el siguiente vuelo pero
entre un paseo y un café se pasa volando.
Llegamos al aeropuerto internacional Simón
Bolívar en Santa Marta a la hora prevista y con maleta. Así que aunque teníamos
todas las papeletas para perderlas y tener algún retraso, no ha ocurrido.
Al bajar del avión se nota el bofetón de
calor y humedad, estamos en el Caribe y se nota.
En Santa Marta, la zona hotelera están en El
Rodadero, es una zona de playa ubicada en la bahía de Gaira a solo 5 km del
centro de la ciudad. Esta playa es un símbolo de la ciudad ya que es conocida a
nivel nacional como un balneario de excelente calidad.
Nosotros nos alojaremos en el centro, en la
parte del Malecón ya que el objetivo no es disfrutar de la playa sino de la
ciudad y su historia. Llegamos al hotel ya de noche, aunque es tarde, salimos a
dar un paseo por el malecón para tomar algo. Hay varias estatuas por el paseo,
la tónica es que son todas horribles, el artista no fue al cole el día que se
enseñaba la "Proporción" y la "Armonía".
Información del Hotel
Hotel Bahía Blanca
Cra. 1 con calle 11, Bahía de
Santa Marta,
Web:
www.hotelbahiablanca.com/
e-mail: reservas@hotelariviera.com
Valoración: Buena
- Ubicación buena, en la parte del malecón.
- Lo malo es que ha visto mejores épocas, pide
a gritos una reforma.
- La decoración de las habitaciones es
horrible, pero el aire acondicionado funciona, que es lo importante.
- Desayuno bueno
- Wifi gratis
Jueves 20 Septiembre - (Santa Marta)
Hoy FIESTA, no hay que madrugar, desayuno a
las 8:30 y sobre las 9:00 a ver el pueblo.
- Algunas notas sobre Santa Marta:
Santa Marta es una ciudad ubicada entre la
Sierra Nevada de Santa Marta y el mar Caribe. Tiene las mayores cumbres del
país. La sierra junco con el Mar Caribe, la hacen atractiva para visitar la
variedad de fauna y flora que hay en la zona, además de los sitios culturales e
históricos que la ciudad posee.
También es conocida porque aquí es donde
Simón Bolívar falleció, exactamente en la hacienda Quinta de San Pedro
Alejandrino que en la época se encontraba a las afueras de la ciudad.
Antes de la llegada de los españoles, el
continente americano estaba poblado por indígenas cuyo origen para el caso
particular de Santa Marta es muy difícil de determinar, porque al estar al
norte de Sudamérica y en el extremo más septentrional de Colombia,
experimentaba el paso de migraciones indígenas en todos los sentidos.
Los tayrona tuvieron gran influencia en esta
región y estaban localizados en las faldas de la Sierra Nevada de Santa Marta
en su vertiente norte. Formaban núcleos de población con numerosos habitantes.
Su economía era esencialmente agrícola; cultivaban maíz, balata, piña y otros
productos con avanzada técnica, sistema de terrazas y riegos. Intercambiaban
sus productos con otras tribus indígenas del interior del país, pues hasta las
esmeraldas llegaron a la costa. Explotaban la sal y trabajaban el oro.
Santa Marta fue la primera ciudad fundada en
Colombia el 29 de julio de 1525 por el conquistador español Rodrigo de
Bastidas. En su conquista, intentó respetar a los pueblos indígenas, sus
costumbres y sus. Estas ideas sobre la esclavitud y los métodos utilizados para
la extracción de recursos eran contrarias a la de la mayoría de los
conquistadores, ésto le valió su asesinato. Tras su muerte, fue reemplazado por
Rodrigo Álvarez Palomino con ideas totalmente contrarias. Los pueblos de la
zona las sufrieron llegando incluso a desaparecer como es el caso de los
tayronas.
El terremoto que sufrió en 1834 dejó a la
ciudad en aspecto ruinoso durante varias décadas.
Se dice que Santa Marta ha tenido tres
grandes desgracias:
1.- Los españoles. Santa Marta fue la primera
tierra firme que pisó Colón en el continente Americano. Aunque inicialmente la
convivencia era pacífica, cada uno tenía su espacio y se respetaban las
tradiciones, al llegar los jesuitas, la cosa cambió y se quiso convertir a la
población indígena. Estas medidas empezaron a diezmarlos hasta que los
tayronas, el pueblo indígena de la zona terminó desapareciendo.
2.- United Free Company.- Esta compañía
americana (EEUU), controlaban la comercialización de toda la producción de
plátano de la zona, ponían sus condiciones y el precio. Los productores
decidieron ponerse en huelga para protestar y se paralizó el mercado, la United
Free Company pidió ayuda al gobierno para que parara la huelga y no fue una
negociación sino que entraron a saco en las plantaciones bananeras y murieron
muchos campesinos.
En Maconda, una de las plantaciones,
fusilaron a varias personas. Este suceso se plasma en el libro de "100
años de soledad" de García Márquez. La historia la conoció en un viaje que
hizo con su madre a ver a su abuela, que vivía cerca de Maconda y ella fue la
que le contó la historia.
3.- El Carbón.- La zona es rica en
yacimientos de carbón, se ha extraído y se sigue extrayendo a nivel industrial,
pero esta actividad no es muy ecológica que digamos, los residuos caen al mar y
son los responsables que las playas no sean blancas, sino más bien negras. Esto
es una de las causas que hace que el interés turístico que podría tener la
ciudad, no se consiga.
La famosa canción de "Santa Marta tiene
tren, Santa Marta tiene tren pero no tiene tranvía" hace referencia, no a
un tren de viajeros, sino al tren que transportaba el carbón desde las minas
hasta el puerto para ser exportado.
Repetimos el paseo por el malecón, pero ahora
con la luz del sol, las horribles estatuas, siguen siendo horribles y
desproporcionadas. La bahía tampoco es para echar cohetes, a la derecha tiene
el muelle, lleno de contenedores y grúas para la carga del carbón y la playa
está sucia y no solo de los residuos del carbón. Decididamente no es un sitio
como para darse un baño.
En frente de la bahía está el Morro. Es un
islote símbolo y guardián de la ciudad. Era considerado sagrado para las etnias
que habitaban en la sierra nevada de Santa Marta. No tiene más de 65 metros de
altura, nace a causa de la erosión de las montañas inmersas en el mar.
El morro jugo parte fundamental en la
historia de la ciudad, desde su fundación ya que los conquistadores lo vieron
como punto de referencia de la villa de Santa Marta, y fue utilizado en defensa
de ataques piratas, construyendo en él, el fuerte del Morro. Hoy el morro es un
sitio turístico de la ciudad, cuenta con un faro, de los pocos existentes en
esta zona de la costa.
Siguiente parada: El museo del oro.- Parece
que una ciudad no es nada si no tiene su museo del oro, no me extraña que al
llegar los españoles pensaran que existía el dorado, pues incluso sin
encontrarlo, este país fue una fuente inagotable de oro para ellos. La
ubicación habitual del museo es en la Casa de la Aduana, aunque al estar ahora
en obras han trasladado temporalmente la exposición a la biblioteca del banco
de la República, ésto le quita un poco de glamour la verdad. La entrada es
gratuita, es una exposición pequeña, nada que ver con el de Bogotá pero tiene
cosas interesantes ya que se centra en los aspectos de la vida de los tayronas
y otros pueblos indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta.
En una calle al lado del museo, hay unas
señoras tejiendo y vendiendo los típicos bolsos de los koguis, son muy chulos y
coloridos.
En la ciudad en la que murió Bolívar no podía
faltar una estatua en su honor, se encuentra en el centro de la plaza del
museo. Parece de chiste, pero el "Gran libertador" que quiso eliminar
el "Yugo" español, comparte espacio con el BBVA, que es otra forma de
"colonización" aunque ahora lo llamemos "Globalización".
Excursión en taxi hasta la Quinta de San
Pedro Alejandrino, también conocida como Quinta Bolívar. Nos toca el taxista
"Guía Turístico", todo el trayecto contándonos las bondades del
lugar, que está muy bien. Lo malo, es que para él el lugar que no te puedes
perder, aunque yo no lo he encontrado en ninguna guía ni en ningún blog, es la
"Estatua de Valderrama". ASIN a mí, la verdad es que no me sonaba a
nada, al procesar ese nombre, lo más parecido que me sale es "Juanito
Valderrama" pero que creo que no van por ahí los tiros. Pregunto y se
trata de un famoso futbolista colombiano (de Santa Marta) que jugó incluso en
el Atleti de Madrid (perdón a los futboleros y a los atléticos en particular,
pero no me gusta el futbol y nunca me ha interesado demasiado y soy totalmente
analfabeta en este tema).
Por mucho que le decimos que no nos interesa
demasiado, termina dando una vuelta para que pasemos delante. La famosa estatua
está en frente del estadio de futbol de Santa Marta y como no, para seguir la
tónica de las estatuas de la ciudad es desproporcionada, creo que debe ser una
corriente artística del lugar pues si no, no lo entiendo. Nos anima a que
hagamos fotos, pero amablemente nos disculpamos y seguimos camino a la Quinta
que es donde queremos ir.
Se nota que el señor taxista está realmente
orgulloso de la estatua pues el precio de la carrera estaba cerrado antes de
salir y la vuelta ha sido un "Detalle de la casa".
Quinta de San Pedro Alejandrino es una
hacienda fundada en 1608 por Don Francisco De Godoy y Cortesía. Cambió varias
veces de sueño y fue el lugar en donde el Libertador Simón Bolívar pasó sus
últimos días, y en la cual falleció el 17 de diciembre de 1830. La Quinta se
encuentra ubicada en el barrio Mamatoco y se considera un Santuario de la
patria.
- Algunas notas sobre Simón Bolívar:
Simón
José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios Ponte y Blanco, mejor
conocido como Simón Bolívar nació en Caracas en 1783. Era descendiente de
vascos, sus padres murieron cuando era pequeño y quedó al cuidado de la parte
de su familia que vivía en España, se trasladó a vivir con ellos y allí cursó
sus estudios.
En
su estancia en España fraguó sus ideas independentistas al sentirse tratado de
menos por ser indiano. A su vuelta a América, empezó a predicar y conseguir
adeptos para sus ideas independentistas basadas en crear una gran nación.
En 1810 se unió a la revolución independentista que estalló en
Venezuela dirigida por Miranda. El
fracaso de aquella intentona obligó a Bolívar a huir del país en 1812; tomó
entonces las riendas del movimiento, lanzando desde Cartagena de Indias un
manifiesto que incitaba de nuevo a la rebelión, corrigiendo los errores
cometidos en el pasado (1812).
En 1813 lanzó una segunda revolución, que entró triunfante en
Caracas, pero la Corona lo reconquistó y Bolívar fue expulsando a Jamicaca
(1814-15); pero éste realizó una tercera revolución entre 1816 y 1819, que le
daría el control del país.).
Bolívar soñaba con formar una gran confederación que uniera a
todas las antiguas colonias españolas de América, inspirada en el modelo de
Estados Unidos. Reunió un Congreso en Angostura (1819), que elaboró una
Constitución para la nueva República de Colombia, que englobaba lo que hoy son
Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá; el mismo Simón Bolívar fue elegido
presidente de esta “Gran Colombia”.
Los logros militares, no estaban respaldados por logros
políticos, otra corriente opuesta a la de la “Gran Colombia” empezaba a tomar
fuerza liderada por Santander. Bolívar, llega a ser considerado un traidor y
cae en desgracia y sufre un atentado el 25 de Septiembre de 1828 en Bogotá.
Decide ir a Jamaica a recuperarse y al pasar por Santa Marta,
enferma y le invitan a descansar en la Quinta San Pedro Alejandrino para
recuperar fuerzas, pero a los pocos días muere (17 Dic 1830) solo y defenestrado
y es enterrado en Santa Marta, en 1842, el gobierno de Venezuela decide trasladar
sus restos a Caracas.
Tras su muerte, se limpia su nombre y se ha convertido en un mito
y es venerado como "fundador de la patria".
La quinta que visitamos no está igual que
cuando la visitó Simón Bolívar. Para tener una referencia, tienen pintado en
ocre todo lo que ya estaba en esa época y en blanco todas las nuevas
construcciones que se han hecho después.
Hacemos una visita por los diferentes
edificios y objetos expuestos. Todos hacen referencia a lo que hizo Simón
Bolívar en ellos: coche de caballos en el que llegó a la quinta, cocina, baño,
sala de recibir a las visitas... pero no tienen mucho interés, la verdad.
La joya de la corona es la habitación donde
murió, tiene la cama con una colcha de la bandera de Colombia y un reloj parado
que marca la hora de la muerte.
En la zona blanca, tenemos:
Un paseo flanqueado de mástiles con banderas.
Una especie de mausoleo o altar adornado con
figuras talladas de mármol. Todas estas construcciones blancas se hicieron para
el centenario, todo tendría que haber estado pero estas estatuas, venían de
Italia y en el viaje sufrieron un accidente y llegaron dañadas, hubo que
repetirlas y no llegaron a tiempo.
La Estatua de arriba, representa a Simón
Bolívar y dependiendo del lado desde que lo veas representa una parte de su
vida:
- Bolívar joven.- Representado con libros,
predicando sus ideas.
- Bolívar luchador.- Representado con una
espada para la lucha.
- Bolívar adulto.- Representado con bastón.
Un edificio que aloja exposiciones de
pintores contemporáneos, algunos de los cuadros son preciosos.
Un pasillo
porticado, en sus paredes hay placas llegadas de todas las partes del mundo
reconociendo a Bolívar. Aunque hoy es como un "Dios" cuando murió no
estaba en sus mejores momentos, había sido derrotado por Santander y se le
había tachado de traidor y terminaba de sufrir un atentado.
La quinta cuenta también con un
pequeño jardín botánico. Hay algunos árboles centenarios interesantes.
El trayecto en taxi han sido
5.000 pesos, la entrada son 12.500 y creo que la relación Interés/Precio es muy
muy mala pues interés tiene más bien poco. Pero ya que estás en Santa Marta...
Próxima parada, Taganga. Vamos en taxi, el recorrido
son unos 8.000 pesos. Taganga es un característico y típico pueblo de
pescadores, muy popular por sus paisajes y miradores ubicados en la ensenada
del mismo nombre.
Desde Taganga salen pequeñas barcas hasta el
Parque Nacional Natural Tayrona atravesando un gran número de ensenadas,
pequeñas puntas, morros e islotes a lo largo de toda la franja continental de
la costa de Santa Marta.
Al llegar al puerto, los policías de la zona
están preparando una fiesta para los niños, están adornando el lugar con
caramelos y piruletas, me regalan una piruleta, que rica :)
Vamos en una pequeña barca hasta Playa
Grande, el viaje ida y vuelta son unos 5.000 pesos. El recorrido es corto, está
muy cerquita del pueblo.
El nombre no está muy acertado, lo de
"Grande" no es literal, salvo que en esta zona de la costa todo sean
mini calitas. Playa Grande es una pequeña playa llena de chiringuitos para
comer. Todos tienen al borde del mar un grupo de hamacas multicolor para el uso
de sus clientes. Se está genial sentado a la orilla del mar pero tranquilidad
no hay mucha, cada poco pasa un vendedor ambulante vendido camarones,
ofreciéndote masajes, gorras...
Para comer, te muestran el pescado,
seleccionas el que quieres, decides la forma de prepararlo y la hora a la que
quieres comer. Después, a disfrutar de la playita hasta la hora de la comida.
El agua está trasparente y muy rica para un bañito.
Volvemos en barca a Tangana y desde allí, de
nuevo en taxi a Santa Marta. El plan es perderme por sus calles de la zona
histórica. Hay calles con casas totalmente deterioradas, se caen a cachos y
otras con casas reformadas. La verdad es que un poco de inversión para
restaurar el casco antiguo y la ciudad subiría varios puntos en interés
turístico.
Una imagen graciosa, una casa que se cae a
cachos y que le ha salido un cactus en el tejado. Tampoco tiene desperdicio la
calidad del cableado urbano que se gastan en Santa Marta :)
La catedral es enorme, está en una gran plaza
que deja que se muestre en todo su esplendor. Es toda blanca y está impoluta.
Se dice que es la iglesia más antigua de Colombia aunque sus obras no
terminaron hasta el siglo XVIII. Al tardarse tanto en su construcción, el
resultado es una mezcla de estilos. En ella están las cenizas de Rodrigo de
Bastida y aunque Bolívar fue enterrado aquí, sus restos se trasladaron a
Caracas en 1842.
En las tiendas de la plaza, ya tienen árboles
de navidad y adornos para vender, sí que son previsores por aquí :)
A parte de la catedral, en el centro destaca
también La Iglésia de San Francisco.
Hay una calle llena de bares y restaurantes
muy chulos con una decoración muy cuidada que termina en el parque Santander,
también conocido como parque de los novios.
Uno de ellos se llama "Ibiza Bar",
tiene toda la decoración en blanco. Hay una fiesta privada y la gente que entra
va súper elegante, no les falta un detalle. Les ponen una pulsera como las de
los "todo incluido" para controlar la entrada. Con mis chanclas,
pañuelo en el pelo y mochila, dudo que me dejaran entrar :)
Otro es casi un museo de Bob Marley, no queda
un milímetro libre en las paredes sin adorno.
La ciudad tiene su encanto, pero hay mucho
niño colgado y eso da un poco de pena.
Cena, paseíto para bajarla y a dormir.
Viernes 21 Septiembre - (Santa Marta -
Camarones)
Hacemos una mochila pequeña para los días de
la Guajira y el PN de Tayrona, dejamos el resto del equipaje en el hotel de
Santa Marta. Desayunamos a las 8:00 y nos vamos. Dejamos atrás el departamento
de Magdalena para entrar en el de la Guajira.
A nuestra derecha, por el camino, se eleva
majestuosa la Sierra Morena de Santa Marta. El punto más alto es el Pico Colón
con 5.700m pero hay varios como el Bolívar que superan los 5.000 son los más
altos del mundo a tan poca distancia del mar. Las nieves perpetuas que se
alojan en estos picos, contrastan con las palmeras y la arena de las playas del
Caribe que tienen a sus pies. La parte media y baja de la sierra está cubierta
de un manto vegetal de selva tropical.
Estas sierras son las tierras de los Koguis,
los descendientes de los Tayronas. El territorio les pertenece y en él viven y
siguen practicando sus ritos. Hay una época del año, cuando las fases lunares
están de terminada posición, que no se permite acceder a la sierra a personas
que no sean Koguis, se supone que ellos, realizan sus ancestrales ceremonias
sin ser interrumpidos y preservando así el secretismo de dichas ceremonias. Se
cree que existen más lugares sagrados para los Koguis como "La Ciudad
Perdida" que solo conocen ellos y no quieren que se descubran donde
realizan estos rituales.
- Algunas notas sobre los Koguis.-
Es un grupo étnico
amerindio de Colombia que habita en la vertiente norte de la Sierra Nevada de
Santa Marta en los valles de los ríos Don Diego, Palomino, San Miguel y Ancho.
Están organizados por poblados, en los cuales la autoridad es el Mamo, figura
central de la cultura Kogui, que encarna la ley sagrada. El idioma kogui
pertenece al grupo de lenguas arhuacas que a su vez pertenece a la familia
chibcha.
Están emparentados con la cultura Tayronas,
que floreció en la época de la conquista española, y han vivido aislados por
generaciones. De hecho parte de los kogui actuales procederían de tayronas
propiamente dichos que se refugiaron con los kogui.
Koguis modernos siguen viviendo en poblados
con casas familiares circulares. En el poblado hay un templo femenino y un
templo masculino. Las familias también se reúnen en los poblados para realizar
trabajos colectivos, celebrar fiestas o discutir en asambleas los temas de
interés común. En la noche, los hombres celebran reuniones, hacen confesiones y
reciben consejos y correcciones de los Mamo, dentro de los templos, mientras
las mujeres permanecen en los bohíos.
La base de la economía kogui es la
agricultura de subsistencia. Anteriormente cada familia se desplazaba a
diferentes pisos térmicos para cultivar pequeños lotes, pero la reducción del
territorio por las haciendas y la colonización, ha limitado a la mayoría de la
población la tierra disponible, a una parcela por familia. Cultivan papa, yuca,
malanga, batata, maíz, fríjol, plátano y caña de azúcar (para producir panela).
También crían animales domésticos y, para completar su alimentación, pescan y
cazan en pequeña escala.
Los kogui viven en paz entre ellos y con su
entorno. Practican un método de tala y quema para el cultivo, y cada familia
maneja granjas a distintas alturas en la sierra, produciendo diferentes
cultivos que satisfacen el conjunto de sus necesidades. Sus comunidades están
férreamente unidas alrededor de sus Mamos.
El Mamo es el personaje central dentro del
sistema de representación de los Kogui. Él es el intermediario entre las
fuerzas celestiales y los hombres. Su sabiduría y conocimiento permite el
equilibrio entre las fuerzas. Para ellos el fin del mundo se acerca, pues los
"Hermanos Menores" no están interesados en proteger la naturaleza.
Los Mamos creen que ellos, con meditaciones
profundas y ofrendas simbólicas, sostienen el balance de armonía y creatividad
en el mundo. Es también en este mundo donde se cuida la esencia de la agricultura:
las semillas son bendecidas en Aluna antes de plantarse, para asegurar su
crecimiento exitoso.
Los Mamos reciben una formación especial, son
seleccionados cuando son niños de corta edad y van a vivir en chozas al pie del
glaciar y dentro de ellas son educados en los principios de veneración a las
fuerzas naturales para ayudar a la Gran Madre a proteger la tierra. Son
formados por años sin ver el exterior hasta que cumplen unos 18 años. Entonces
son sacados un día antes del amanecer y observan un amanecer. A partir de ese
día empiezan a aplicar su instrucción místico-religiosa fuera de las chozas y
con el tiempo a su vez se convierten en instructores de otros jóvenes que les
sucederán.
El mundo se concibe como dos pirámides
sostenidos sobre una misma base. Internamente, lo conforman nueve mundos, cada
uno con su propia tierra y sus propios habitantes. La tierra está ubicada en el
quinto piso. Hacia arriba los mundos están emparentados con la luz y hacia
abajo están emparentados con la oscuridad.
Para los Koguis, el Sol representa la vida y
la Luna representa la muerte y la destrucción. Esto explica la importante que
es el oro en su cultura, para ellos su color y su brillo representa el sol.
Los kogui basan su estilo de vida en la
creencia de una "Gran Madre" (haba), su figura creadora, de quien
creen es la fuerza de la naturaleza, que les provee guía. Los kogui piensan en
la tierra como un ser viviente, y ven a los colonos con sus actividades
mineras, de construcción, y a los que contaminan el medio ambiente como
enemigos de la Gran Madre.
Para cada una de las etnias que habita la
sierra Nevada de Santa Marta, los picos nevados son considerados el centro del
mundo. Los primeros hombres provienen de dichos grupos y, por lo tanto, son los
"Hermanos Mayores", mientras todos los que llegaron después son
considerados como los "Hermanos Menores". La diferencia entre los dos
es el conocimiento que sobre la naturaleza tienen los "Hermanos
Mayores". Desde esa perspectiva, los "Hermanos Mayores" son los
encargados de cuidar y preservar el mundo, tratando de velar porque el ciclo
cósmico tenga un buen desarrollo; para que las enfermedades no destruyan la
vida de los hombres; para que las cosechas sean buenas.
Consideran que los "Hermanos
Menores" tenemos "CONOCIMIENTO" pues llagamos en grandes barcos
y conocemos muchas cosas que ellos desconocen pero nos falta la
"SAVIDURIA" que solo se consigue con la observación la naturaleza
para entenderla y respetarla. Hacemos lo contrario, destruirla y eso hace que
se ponga en nuestra contra.
La sierra es considerada como un cuerpo
humano, donde los picos nevados representan la cabeza; las lagunas de los
páramos el corazón; los ríos y las quebradas las venas; las capas de tierra los
músculos; y los pajonales el cabello. Con esa base, toda la geografía de la
sierra es un espacio sagrado.
En 1990, teniendo evidencia en sus montañas del
gran daño ecológico que asola al mundo, los kogui enviaron un mensaje al mundo
a través de arqueólogos de la Universidad de Lampeter, en una filmación
patrocinada por la BBC. Los Kogui enviaron una advertencia a los "Hermanos
menores".
"...el mundo no tiene que terminar, sino
que podría continuar, pero a menos que dejen de violar la tierra y la
naturaleza, que cesen de agotar la energía de la La Gran Madre, sus órganos, su
vitalidad, a menos que las personas dejen de trabajar en contra de la Gran
Madre, el mundo no durará"
La historia de los Koguis es muy interesante,
son un pueblo 100% Ecologista, todos deberíamos copiar parte de sus costumbres,
otras no tanto: se dice que sacrifican a los bebés que nacen con alguna tara,
los ahogan en un arroyo. Este hecho no está probado pero la realidad es que en su
población no hay personas con malformaciones, retrasos....
Parada técnica en un pequeño pueblo, hay una
especie de mercadito al lado de la carretera, la carne cuelga de los tenderetes
en medio del polvo, el humo de los coches... totalmente ideal para comprar un
kilito de ternera para la comida :)
Es el primer contacto con los Koguis, hay
unos cuantos haciendo compra antes de volver a su poblado. Es raro verlos tan
abajo, no suelen bajar de la sierra, el único que baja es el Mamo, pero se ve
que las cosas están cambiando.
Si les miras a la cara, te viene a la mente
los cuadros, dibujos y grabados que hemos visto siempre en nuestros libros de
historia cuando llegaba el capítulo del descubrimiento de américa. No es por
tanto difícil de entender que son descendientes directos de los primeros
pueblos que encontró Colón y que sirvieron de modelo.
Van con sus blancos ropajes y sus
tradicionales bolsos. Las botas katiuskas, es una reciente incorporación al
vestuario por comodidad, por la zona llueve mucho y es el mejor calzado para no
mojarse, pero hay que reconocer que no pega :)
Dejamos atrás la Sierra Nevada de Santa Marta
con sus Koguis para acercarnos a la Guajira tierra de los Wayúu. El territorio
de la Guajira se extiende también a Venezuela. Es normal por tanto, que
miembros de una misma familia Wayúu vivan en un país u otro. Para facilitar la
movilidad los Wayúu tienen una especie de "Doble Nacionalidad" que
les permite moverse por la Guajira sin tener en cuenta en qué país se encuentra.
Esta facilidad de movilidad hace que prolifere el contrabando, en esta zona, la
gasolina y muchos otros productos de consumo básico (arroz, maíz, cerveza....)
son venezolanos.
En el caso de la gasolina tiene mucho
sentido. La gasolina Venezolana es más barata y es mejor, tiene más octanos. Se
trae de Venezuela y se vende en puestos callejeros que la tienen en garrafas.
Esta venta se hace a la luz del día e incluso la policía y el ejército
"Tanquéan" que es como llaman a repostar, en estas gasolineras
piratas, por lo que aunque no es legal, no está perseguida y se consiente.
- Algunas notas sobre los Wayúu:
Los wayúuq o guajiros
(del arahuaco guajiro, señor, hombre poderoso) son aborígenes de la península
de la Guajira, sobre el mar Caribe, que habita territorios de Colombia y
Venezuela, sin tener en cuenta las fronteras entre estos dos países
sudamericanos.
Ocupan un territorio 15.300 km2 dentro del
departamento colombiano de la Guajira, Colombia, y 12.000 km2 dentro del estado
Zulia, Venezuela. El clima de sabana en la Baja Guajira y de estepa árida o
semiárida en la Alta Guajira, es cálido y seco, siendo la lluvia muy escasa.
Solamente llueve en el juyapu, entre septiembre y diciembre.
Son el pueblo indígena más numeroso de
Venezuela y de Colombia. El 97% de la población habla su idioma tradicional que
es el wayúunaiki y un 66% no ha recibido ningún tipo de educación formal.
El pueblo wayúu es uno de los pueblos arawak
que, como una gran corriente migratoria, se desplazaron tanto por la Amazonía,
como hacia las Antillas, a donde llegaron hacia el 150 a. C. Se dicaban a la
caza, pesca y recolección, así como la horticultura, donde ella era posible y
tenían viviendas comunales, en forma de maloca.
Aunque el contacto con los conquistadores
europeos data del siglo XVI, los wayúu no fueron conquistados hasta después de
la independencia de Colombia y Venezuela. En esto influyó tanto la resistencia
indígena, como las duras condiciones ambientales del desierto, que sirvió como
refugio a los wayúu.
Hacia el año 1800 se estimaba que la
población de indígenas no sometidos (o salvajes) de La Guajira era de unos
10.000 entre motilones, chimilas, goagiros, archuacos, tupes y cocinas. Su
población siguió creciendo y ocupaba el territorio entre Maracaibo y Riohacha y
eran conocidos genéricamente como los guajiros, de estos los más numerosos e
importantes eran los wayúu.
Durante el siglo XIX los gobiernos de ambas
repúblicas empezaron a hacer planes para someterlos, las primeras campañas del
gobierno venezolano comenzaron en 1830, continuando con la construcción de
varios fuertes y líneas de trincheras que hicieron avanzar la frontera cada vez
más al norte, hacia 1893 habían quedado sometidos y reducidos. Lo mismo hizo el
gobierno de Colombia, terminando por repartirse el territorio. A pesar de este
sometimiento, los wayúu mantuvieron una amplia autonomía extralegal que ha sido
recientemente reconocida constitucionalmente por ambos estados y que se
caracteriza porque aplican sus propios códigos de derecho dentro de su
territorio.
Es una sociedad organizada en clanes
"eiruku". Entre el pueblo wayúu existe todavía la autoridad
tradicional y un sistema autóctono de la administración de la justicia en la
cual se destaca el portador de la palabra o "palabrero", quien
resuelve los conflictos entre los diferentes clanes. En lo que se refiere a la
familia, se extiende "según la sangre" y es el "alaula"
(tío materno mayor) quien ejerce la autoridad.
Otro personaje de gran importancia en cada
comunidad es el "piachi'". Es alguien que ha adquirido poder
espiritual mediante su experiencia visionaria y las virtudes otorgadas durante
sueños o trances que se interpretan como la incorporación de un espíritu
protector Seyuu, por lo que es llamado para curar. Los espíritus se comunican
con los humanos vivos en los sueños.
Tienen varios espíritus: Maleiea es el
creador; Pulowi mujer primigenia; Juyá la lluvia; Shanceta, Acaracuy y
Kéerraria espíritus de lugares especiales; Yoruja los espíritus errantes de
muertos.
El wayúu cree que tras la muerte va a Jepirá,
el Cabo de la Vela, lugar de felicidad donde se descansa hasta que tras el
segundo velorio, cuando los restos son exhumados para llevarlos un sitio
definitivo, el espíritu del muerto toma el camino hacia la eternidad.
El hombre puede tener varias mujeres. Antes
del matrimonio el novio debe llegar a un acuerdo con los padres de la novia en
una reunión denominada "ápajá" y entregarles la cantidad de ganado y
joyas que acuerden. La mujer permanece en el hogar y es símbolo de respeto y
unidad. Habitan en rancherías, pequeñas comunidades distantes unas de otras,
conformadas por agrupaciones de parientes cercanos al clan. El pastoreo es la
actividad más importante.
Entre los wayúu el ganado es la principal
riqueza y además el principal motivo de prestigio. Aunque se comercia con él,
se intercambia de modo no comercial: para sellar una alianza matrimonial, como
derecho sobre una descendencia o para compensar daños o delitos, solucionar conflictos
y establecer la paz. El pastor asocia su ganado a los rituales que marcan su
ciclo vital. En las zonas donde el clima y el terreno se lo permite, tiene
también una pequeña huerta llamada "apain", donde siembran maíz,
fríjol, yuca, pepino, ahuyama, melón y sandía, sin que puedan rotar ni variar
de cultivos, debido al clima.
Los conocimientos retenidos en la memoria han
pasado de una generación a otra para plasmarse con manos wayúu en un sinnúmero
de objetos tejidos de singular belleza y funcionalidad, elaborados en
diversidad de técnicas, formas y colores. Anteriormente los wayúu se valían de
materiales naturales de su medio ambiente para elaborar y tinturar los hilos de
sus tejidos; esta antigua transformación ha sido reemplazada por las materias
primas procesadas industrialmente, en especial finos hilos de algodón
mercerizado, hilazas y fibras acrílicas en vistosos colores.
Las mujeres suelen vestir con amplios ropajes
de colores y una toga. Llevan su cara pintada de negro para protegerse del sol.
Los Wayúu son un pueblo belicoso, nada que
ver con los Koguis que son "Paz y Amor". Para ellos, existe la ley
del "Ojo por Ojo" y sobre todo en los delitos de sangre, que deben
contestarse también con sangre. En la actualidad, suelen llevar armas. Por
ello, no son los indígenas más populares para el resto de la población
colombiana.
Les gusta mucho beber, fabrican el
Chirrinchi, un aguardiente tradicional súper fuerte que hacen a base de cactus,
pero también les gusta el whiskey Old Park que llega a Puerto Bolívar en los
barcos mercantes que vienen de la Antillas.
Para este pueblo, el fin justifica los
medios. Esta forma de ser se plasma en el libro "La increíble y triste
historia de la cándida Eréndira y su abuela desalmada" de García Márquez
que escribió cuando se dedicaba a vender libros por esta zona, en él plasma la
historia de una joven que es prostituida por su abuela por las rancherías de la
Guajira.
Aunque pueda parecer que es una sociedad
machista, por lo de la poligamia y el pago por el matrimonio (que no es otro
tipo de dote tan extendido incluso en nuestra cultura). Son las mujeres las que
controlan la economía familiar, las que estudian, las que toman las decisiones...
los hombres por lo general son patanes y no se preocupan de esas cosas.
El paisaje cambia drásticamente, las altas
montañas dan paso a extensas planicies con plantaciones de plátanos primero y
después potreras con acacias y cactus. Cada vez el paisaje es más árido.
Los wayúu llaman a las acacias
"Trupillo", para ellos son importantes, pues de estos árboles sacan:
- Madera.
- Sombra.
- Comida para sus cabras y chivos.
Llegamos al corregimiento Camarones, nuestro
primer destino en la Baja Guajira. Su nombre es debido a la cantidad de
camarones que hay en la zona. No nos quedamos en el pueblo sino en un ecoturismo
al lado de la playa. El sitio es bonito: una pequeña casa y una serie de
enramados para poner hamacas cerca de la playa lo conforman. Paz y tranquilidad
hay a raudales, por fin, un lugar sin "contaminación sonora", aunque
esto va a ser la tónica durante toda la estancia en la Guajira.
Aunque hace un calor de muerte, salimos a
pasear por la zona, mientras preparan la comida. La playa es salvaje y el agua
está muy oscura, no es que está sucia sino que el fuerte oleaje mueve mucho el
fondo. Hay muchas barquitas de pescadores en la orilla.
Poco a poco, la franja de arena se va
estrechando hasta casi desaparecer cuando la laguna interior se junta con el
mar. Es la Laguna Navío Quebrado, su nombre es por el barco francés que tras
una tormenta terminó encallando en ella. Coincidimos con unos pescadores que
vuelven de su día de trabajo. Llegan con una gran variedad de peces y gran
número de langostas.
La decoración de las palmeras es muy
colorida. No sé si es para evitar que suban hormigas o es meramente decorativo.
Comemos bajo uno de los enramados, estamos de
nuevo en zona de mar, hay que aprovechar para comer pescado. Para postre, unos
dulces que nos venden unos niños de la zona, tienen de dos tipos: unos con coco
y otros con panela.
Después de comer salimos en un cayuco con una
peculiar vela, hecha con sacos, a surcar la laguna. La profundidad no supera el
metro. Pasamos cerca de una zona, donde hasta hace pocos meses, había un
recinto para cuidado de las tortugas, ahora está cerrado nos indican que se
quiere volver a abrir pero no hay fecha para ello.
En el fondo, hay zonas con fango y otras con
rocas en las que se crían ostras. En la laguna hay varios pescadores con redes
para conseguir los preciados camarones de la zona.
Seguimos hacia la zona de los manglares, aquí
hay varios tipos de aves
y una colonia de flamencos, nos acercamos a
verlos y alzan el vuelo. Es una preciosidad ver la nube rosa que pasa por
encima de nuestras cabezas.
Damos la vuelta cuando ya se empieza a poner
el sol. Es hora de volver a ecoturismo para cubrirse, que empieza la hora del
mosquito.
Aprovechamos los últimos minutos de luz para
preparar la intendencia para pasar la noche en la hamaca. Lo primero es decidir
donde la colgamos. Hay varios enramados, unos más cerca de la playa expuestos a
la brisa y otros más resguardados, hay que sopesar: No pasar frío (la
temperatura es buena pero si hay mucha brisa refresca) o no tener mosquitos (en
las zonas sin brisa hay más mosquitos).
Tenemos suerte y no es un día con muchos
mosquitos y se está bien, tanto cenando como después durmiendo. Después de
cenar a por la experiencia Hamaca. BUENAS NOCHES.
Información del Hotel
Ecoturismo Mirador El Remanso
Playa de Camarones - Alta Guajira
Valoración: Buena
- Ubicación ideal, en primera línea de playa.
- Para dormir son hamacas colocadas bajo unas
empaliadas al lado del mar.
- La ducha es un cubo para tirarte agua por
encima
- No hay luz, hay un generador, pero se apaga y
hay que tirar de frontal.
- De wifi, ni hablamos
- Desayuno bueno
Sábado 22 Septiembre - (Camarones - Cabo de
la Vela)
La noche en hamaca ha sido perfecta, ni frio
ni calor y nada de mosquitos. He dormido sin problemas, la única pega han sido los
perros de la zona que tenían fiesta junto con los gallos :)
Después de recoger el saco y rehacer la mini
mochila, salimos rumo al Cabo de la Vela. Nos vamos en "Burbujas" que
son como llaman por aquí a los cuatro por cuatro. La verdad es que son Toyotas
enormes y muy cómodos, lo de burbuja debe ser porque como dentro vas con aire
acondicionado, son una burbuja que te aísla del calor que hace fuera.
El paisaje sigue siendo plano y muy árido.
Solo encontramos acacias enanas y cactus.
Se nota que estamos cerquita de Venezuela.
Hay muchos controles de policía/ejército, en todos, hay al menos una tanqueta.
Pasamos Riohacha, la capital del
departamento, donde están todos los organismos oficiales. La capital cultural
Wayúu está en Uribia.
Riohacha, es una ciudad grande, con todo tipo
de servicios. Hay un gran "Carrefour" al ladito de unas oficinas de
Telefónica Movistar, por qué será que me fijo en esas cosas? :)
La carretera va casi paralela a las vías del
tren. Esta línea férrea es propiedad de la empresa que explota la mina de
carbón del Cerrajón, que es la más grande de Latinoamérica.
El tren se dedica solamente a transportar el carbón
hasta Puerto Bolívar, donde esperan los barcos cargueros que lo exportan. Los
trenes son muy largos, con más de 90 vagones y pasan cada poco.
Esta línea férrea ha sido duramente castigada
por la guerrilla, la última bomba la han puesto hace pocos meses. Para intentar
evitar nuevos atentados hay un gran despliegue de seguridad, a lo largo de todo
el trazado, hay torretas de vigilancia y policías o militares patrulla las
vías.
Para asegurarse que el trazado está limpio y
sin problemas para que pase el tren, hay un coche lanzadera que hace el
recorrido por las vías para confírmalo. Es como el que hay para garantizar el
paso de nuestros AVEs.
Continuamos hasta Manaure, un pueblo a la
orilla del mar Caribe con una temperatura promedio de 30°C. Que CALOOO!!!!. Está
en medio de una llanura plana, pedregosa y suavemente ondulada, en la que
predominan las dunas del litoral, las lagunas marinas y las playas arcillosas.
El mar es la materia prima para la industria
de la sal y es la base de la economía del municipio. Aquí se produce la mayor
parte de la sal que se consume en Colombia. Sus salinas con una extensión de
más de 4000 hectáreas son un espectáculo digno de ver.
Al cruzar el pueblo, destacan una serie de
bici-taxi muy coloridas, son como los rickshaw que te encuentras en Asia.
En el pueblo hay dos tipos de salinas:
- Las industriales.- Están en la orilla del mar,
hoy están paradas por temas de huelgas, pero las montañas de sal no dejan lugar
a duda de que producen.
- Las tradicionales.- Para que la población
indígena de la zona, wayúus en su mayoría, puedan tener un medio de ganarse la
vida, se les permite dedicarse de forma tradicional a la producción de sal.
Trabajan en modo comunidad repartiéndose las tareas, es un trabajo muy duro, el
precio de la sal es muy bajo y las ganancias en relación al esfuerzo son muy
pocas. Un CHOLLO de trabajo!!!
Cuando llegamos, hay varias mujeres con niños
sacando la sal que ya se ha solidificado. Están aquí desde las 6 de la mañana y
ahora, que aún son las 10:00, el calor ya es insoportable y si tenemos en
cuenta que el suelo está cubierto de sal y hace efecto espejo, ni te cuento.
Van descalzos, con lo abrasiva que es la sal
para la piel, parece que están acostumbrados ya tienen callo en los pies.
La zona se ve muy pobre, hay unas barridas de
chabolas muy deterioradas. La sal es su único medio de vida y por eso, aunque
es duro, le dedican todo su tiempo.
Abandonamos Manaure, siguiente destino
Uribia, la capital cultural de los Wayúus. La entrada a la ciudad está muy
sucia, llena de restos de bolsas de plástico. Desgraciadamente, esto es común
en muchos países pero es la primera vez que lo veo en Colombia. En el resto del
país, no había ni rastro de plásticos por los campos.
En la entrada de Uribia, hay grandes
almacenes llenos de sacos de sal y grandes camiones para transportarlos.
Entramos en el pueblo a "tanquear" en las gasolineras piratas,
comprar algo de agua y estirar las piernas.
El pueblo está muy animado, hay mucha gente y
vemos algunos wayúus con sus ropas tradicionales.
Seguimos nuestro camino, llega un momento que
hay que abandonar la carretera y entramos directamente en el desierto, no hay
camino marcado, vamos campo a través, es el típico sitio que hay que conocerlo
para no perderse. Cada vez hay menos vegetación, es tan plano y hace tanto
calor que ante nuestros ojos aparece un inmenso lago pero a medida que nos
acercamos, está aún más lejos y nunca lo alcanzamos. Es un efecto óptico,
comúnmente conocido como espejismo. Nunca había experimentado el efecto de un
espejismo tan grande, no me extraña que como en las pelis, si estás sediento
pongas toda tu energía en alcanzarlo.
Cruzamos los desiertos de Ahuyama y del
Carrizal hasta llegar a la línea del mar. En el desierto del Carrizal había un
pueblo que ha desaparecido a causa de las matanzas entre sus habitantes por
venganzas entre ellos. Otra vez el sentimiento del "ojo por ojo" de
los wayúus queda plasmado aún hoy en el día a día de este pueblo.
Seguimos paralelos a la línea de la costa,
hay chamizos de madera de los pescadores. Algunos de ellos tienen los techos de
chapa, debe ser muy duro vivir en una casa así con el calor y la temperatura
que hay en esta zona.
Llegamos al pueblo Cabo de la Vela, es muy
pequeño y no tiene luz. En el pueblo hay generadores y reparten la energía entre
las casas. Son casas muy sencillas, en el pueblo hay un centro de salud.
Llegamos a nuestro alojamiento, es un
conjunto de sencillas (pero bonitas) cabañas de madera con porche al lado del
mar, justo al salir del pueblo.
En esta zona siempre hay brisa y eso es bueno
porque: se está fresquito a pesar del calor y no hay mosquitos.
Salimos en las burbujas a hacer un recorrido
para ver los puntos más destacados de la zona:
- El Pilón de Azúcar.- Es una roca blanca
en el mar llamada Kamaici (señor de las cosas del mar) por los indígenas y con
un profundo significado mitológico. Es desde aquí desde donde parten las almas
de los wayúu a su cielo después del segundo entierro.
Cuentan que se llama así porque hace siglos
la gran montaña estaba cubierta de arena y desde lejos parecía "de
azúcar".
Está coronada por una imagen de la Virgen de
Fátima, en los alrededores se localizan playas de espectacular belleza.
Es sitio es espectacular, se puede subir a la
cima por unas escalera, no son demasiadas, lo malo es el viento (pues no se le
puede llamar brisa, más bien huracán) que no te deja avanzar y empeora en la
cima. Para disfrutar de las vistas hay que sentarse, es imposible mantener un
gorro o pañuelo sobre la cabeza sin que salga volando.
Desde la cima, si el día está claro, se puede
ver Puerto Bolívar y los mercantes que se acercan a él. Yo, la verdad, es que
con la ventolera que hay no me he fijado de si se ve o no. He disfrutado con
las imágenes del litoral escarpado y la línea de molinos de viento que se ven
al fondo. La verdad es que un molino de viento en esta zona es apuesta segura.
Las vistas hacia el interior que muestran un
paisaje plano y muy árido pero muy interesante.
Empezamos a bajar poco a poco, intentando
vencer la fuera el viento. Abajo hay varias señoras wayúu vendiendo bebidas y
artesanía. Las cervezas, como no, son venezolanas. Las señoras tienen la
característica capa negra en su cara para protegerse del sol.
- Playa del Pilón de Azúcar.- Es una de las playas
paradisíacas de Cabo de la Vela justo al lado del gran Pilón de Azúcar. Es una
calita protegida y muy agradable. Para acceder hay que bajar unas escaleras
desde la zona de parking.
- Playa ojo del agua.- Es una pequeña pero
bonita playa de aguas tranquilas. El nombre de “Playa Ojo de Agua” le viene de
un manantial que permanentemente brota de entre las piedras y fluye hacia el
océano.
Este manantial es también un lugar sagrado
para los wayúu, era la única fuente de agua dulce en muchos kilómetros a la
redonda. Hasta aquí venían a cargar agua para su consumo y a dar de beber a sus
animales. Incluso en épocas de fuerte sequía, siempre había agua. Hoy, este
acuífero está prácticamente seco y el agua es salobre y ya no es buena para el
consumo humano.
La playa es preciosa, está llena de pelícanos.
Es interesante sentarse a observar como levantan el vuelo y caen en picado a
por su comida. Se ve cómo se van moviendo por la zona en función de los movimientos
de los bancos de peces. Incluso si te bañas, te puedes acercar a ellossin que
se marchen.
Al lado, hay un promontorio, se puede acceder
a él por un caminito, hay viento en la cima pero nada que ver con el del Pilón
de Azúcar.
Al bajar del promontorio, el sol ya está
bajito, no nos va a dar tiempo a llegar al faro para ver la puesta de sol. Aquí
estamos solos, tenemos pelícanos en el agua y unas vistas increíbles, es por
tanto el sitio ideal para sentarse a disfrutar del ocaso.
Volvemos al pueblo, hacemos una parada en un
puesto de fruta y batidos naturales que están estupendos y continuamos a la
ranchería. Al llegar, duchita y cena. Después, una incursión a otra ranchería
cercana a ver si tienen cerveza, no hay luz y toca tirar de frontal para ir por
la playa, como en el Chocó. Cuando llegamos ya está todo cerrado ASIN QUE, de
vuelta a nuestra casita y a dormir.
Información del Hotel
Ranchería Jareena
Cra 16 Nº 15-45 Maicao - Punta de la Vela
Valoración: Muy buena
- Es una ranchería tradicional wayúu preparada
para el turismo.
- Ubicada al lado de la playa a la salida del
pueblo.
- on unas cabañitas muy cómodas con porche y
muy tranquilas.
- No hay luz, tienen un generador que apagan a
las 22:00, es necesario frontal.
- El agua es un depósito sobre la cabaña, pero
funciona muy bien y no hay problemas en el baño, eso sí, la temperatura del
agua es la que tenga el depósito (Hace mucho calor así que fresquita no está)
- Desayuno bueno.
Domingo 23 Septiembre - (Cabo de la Vela -
Punta Gallinas)
Para llegar a Punta Gallinas, hay dos opciones:
Por carretera, el viaje es largo y pesado por el mal estado de la carretera o
por mar, es una travesía de unas 2h. Así visto vamos a por la segunda.
Salimos prontito ya que el viento va
aumentando a medida que pasa el día, hay que intentar que sea lo más flojito
posible para tener una agradable travesía. Salimos de la ranchería a las 5:45
hacia Puerto Maldonado, es un pequeño puerto con algunas barcas de pescadores.
Los molinos de viento que vimos desde el Pilón de Azúcar están al lado.
Partimos rumbo a Punta Gallinas. La costa que
tenemos a la derecha, es muy árida y escarpada. Pasamos por Puerto Bolívar, es
un lugar muy feo lleno de grúas para cargar el carbón, se pueden ver algunos barcos
mercantes.
Supuestamente hemos madrugado para salir sin
brisa, pero hoy, la brisa ha tenido problemas con su despertador y se ha
levantado antes. El mar está muy picado y las olas nos caen encima, es incómodo
ir empapados y llorando por el agua salada que se mete en los ojos. Lo que
salva la situación es que no hace frío aunque cuando alguna nube tapa el sol,
se nota un poco de frío.
Pasado algo más de 2h de travesía, vemos
Punta Gallinas, termina nuestra pesadilla marítima del día. La primera impresión
es horrible, llego empapada, no veo porque me pican los ojos, hace muchísimo
calor y no son ni las 9:00 y esto es lo que nos encontramos:
En la mente suena una vocecita que dice
"QUE COÑO HAGO YO AQUI??"
Pero tras refrescarme, quitarme la sal de la
cara y desayunar, las cosas se ven de otro color y aunque sigue siendo un lugar
inhóspito por su aridez y por el calor, hay que reconocer que tiene su encanto
e impone respeto su absoluta soledad.
Salimos a recorres la zona en un camión,
vamos en la parte de la caja trasera como si fuéramos animalitos camino del
matadero :). Hace mucho calor pero también una fuerte brisa, ésto hace que no
tengamos demasiada sensación de calor, pero es imposible aguantar la gorra en
la cabeza.
El terreno sigue siendo muy plano, la única
vegetación que hay son pequeñas acacias y cactus. De fauna, salvo algunos
chivos que se nos cruzan continuamente en el camino y lagartos de un azul
verdoso muy brillante, poco más.
Vamos muy cerquita de la costa, por la orilla
hay algún enramado para proteger del sol a los pescadores y a los animales.
La primera parada: el Faro Punta Gallinas,
este faro marca el punto más septentrional de Sudamérica. Decepciona un poco,
el conjunto es una caseta destartalada y una torreta metálica que es lo que es
propiamente el faro, tiene la lucecita que avisa a los barcos en su parte
superior.
El mar y el viento golpean este punto, al que
se llama Punta Gallinas aunque el nombre se usa también para toda la zona.
La siguiente parada es el Mirador de Casares,
la gama de colores de la tierra y el mar bajo este sol da lugar a unas vistas
preciosas.
Llegamos a la duna de Taroa, una espectacular
duna que muere en el mar Caribe. Subimos hasta la cresta para después descender
hasta la playa, un bañito ahora va genial. El agua está fantástica, lo malo es
que hay muchas algas y en algunas zonas del fondo están llenas de piedras. En
la playa hay un enramado que da una sombra estupenda.
Ya de vuelta, por el camino encontramos
varias casas wayúu,
cerca de ellas están sus cementerios. Nos
acercamos a ver uno de ellos. Viendo el cementerio, se sabe el grado de riqueza
y poder que tiene la familia. Todo cementerio Wayúu consta de una zona con las
tumbas y otra con enramados. Estos enramados están destinados a colgar las
hamacas de los familiares que asisten y para guarecer a los chivos que van a
servir de comida durante las celebraciones. Cuantos más enramados, más
invitados y más chivos, es decir, familia más importante y más rica.
Los wayúu tienen los cementerios familiares
dentro de sus tierras. Aunque ahora son cristianos y las tumbas son como los
panteones que estamos acostumbrados a ver, siguen con sus costumbres
tradicionales en los funerales.
En la cultura Wayúu, como en otras de la
zona, hay dos fases del hombre tras su muerte, que vienen marcadas por los dos
enterramientos que se realizan:
El primer enterramiento no es muy importante,
se realiza tras la muerte de la persona. La peculiaridad es que si la muerte se
ha producido por asesinato, el enterramiento se realiza en el mismo lugar donde
se ha producido y llegan hasta allí los familiares del asesinado y a la vez que
lo entierran, planifican la venganza contra el asesino o familia del asesino
(El Ojo por Ojo que prima en los wayúu sobre todo en casos de asesinato). Para
el resto de muertes, este primer enterramiento es en el cementerio familiar.
El segundo
enterramiento se prepara a conciencia, se tarda el tiempo necesario para
conseguir juntar a la familia y el dinero que cuesta. El tiempo desde el primer
enterramiento puede llegar a los 5/6 años. El ritual para este segundo
enterramiento es:
Una joven de la familia debe ir a recuperar
los huesos de difunto, junto con el resto de las mujeres de la familia, los
lavan y los machacan para ponerlos en una vasija de cerámica. Durante el
proceso, la joven no puede llorar ni dormir durante las 24h que dura, si no
cumple estas reglas, los espíritus pueden llevársela o traer algo malo para la
familia.
Mientras las mujeres de la familia se hacen
cargo de todos los preparativos, los hombres se dedican a comer y beber en los enramados
con hamacas que están construidos al lado del cementerio. Por tanto el
chirrinchi, el whiskey Old Park y los chivos para sacrificar no faltan en estas
celebraciones funerarias que duran varios días incluso semanas si la familia es
rica.
La vasija con los restos óseos, se entierra
en el cementerio familiar (en todos los casos, incluso en los de asesinato) y
es en este entierro cuando se colocan al lado las pertenencias de difunto y los
objetos que deben tener para la otra vida. En los enterramientos antiguos, se
ha encontrado objetos de oro, cerámica...
Tras este segundo enterramiento, es cuando el
wayúu va al "Jepirá", que ellos ubican en el Cabo de la Vela. Es su
cielo, un lugar de felicidad donde se descansa para toda la eternidad.
Llegamos a la Ranchería justo para comer.
Después, cambiamos el camión por la barca, si no hemos tenido suficiente con la
aventura marina de la mañana, toma, dos tazas. Ahora nos vamos a la zona de los
manglares, hacia Bahía Hondita. Aunque sigue habiendo oleaje es mucho menos que
por la mañana.
El paseo merece la pena, en Bahía Hondita hay
una gran colonia de flamencos, mucho más de los que encontramos en Camarones.
Cuando levantan el vuelo es todo un espectáculo.
Volvemos hacia la ranchería, pero pasamos de
largo hasta Playa Aguja, una playa salvaje y rocosa, para disfrutar de la
puesta de sol.
Vemos unas cuantas langostas, son enormes y
muy coloridas. Se han convertido en una gran plaga. La verdad es que no sé muy
bien como sobreviven en este secarral.
La vuelta en barca es suave, no nos mojamos.
Al llegar a la ranchería, una duchita. El agua es a temperatura ambiente ya que
está en unos depósitos de plástico sobre la casetilla del baño y sienta genial.
Ha llegado la hora de hacer la cama, toca
colgar las hamacas, hay varios enramados para colgarlas. En uno de ellos, montamos
un tenderete para colgar toda la ropa que se nos ha mojado en la barca, a ver
si al menos mañana está seca.
Tras una agradable cena, a disfrutar de la
hamaca y las estrellas.
Información del Hotel
Ranchería Hospedaje Alejandra
Coordenadas: N 12º 25. 009´ - W 071º 43. 125´
Punta Gallinas - Alta Guajira
e-mail: hospedajealexandra@hotmail.com
Valoración: Buena
- Ubicación.- Solo hay que darse cuenta que la
dirección de la ranchería es con - coordenadas GPS y no calle, esto atestigua que
estamos en el culo del mundo. :)
- Estamos en medio de la nada, con una
sensación de soledad increíble.
- Hay enramados donde colocar las hamacas para
dormir y unos baños con depósito de agua arriba, están bien.
- De cobertura nada de nada y claro de Wifi
menos.
- Desayuno bueno.
Lunes 24 Septiembre - (Punta Gallinas - PN
Tayrona)
La noche en la hamaca ha estado bien,
desayunamos prontito, a las 5:30. Toca deshacer el camino en barca de ayer, se
supone que ahora vamos a favor de las olas así que aunque haya brisa debe irse
mejor que ayer. Esta vez, las previsiones se cumple, el viaje es más relajado y
apenas nos mojamos.
Llegamos a Puerto Maldonado, hoy hay más ambientillo,
los pescadores tienen una tortuga preparada para comer, ya la han sacado de su
concha. La tortuga es especie protegida, así que “Espero” que haya sido un accidente y se haya quedado
enredada en sus redes y no que la hayan capturado.
lvemos a las burbujas, pasamos de nuevo por
Uribia a tanquear. Hay tanto movimiento que como cuando pasamos a la venida. Hace calor y cualquier sombra es buna para colgar una hamaca.
Nos cruzamos con una camioneta que transporta
chivos. Saben sacar partido al espacio :)
Final del trayecto en las burbujas: Riohacha.
Paramos en la zona del malecón, hace un calor espectacular, hay varios puestos
de artesanía pero poco más.
Rumbo al Parque Nacional Tayrona. La
carretera pasa de dos carriles a cuatro, es extraño. Nos comentan que se trata
de una pista de aterrizaje que usan los narcos para sacar la droga. Ellos
financian la ampliación de la carretera vía los municipios a los que pertenece
y se usa como carretera mientras no haya un aterrizaje o un despegue. Cuando
pasa a ser una pista de aterrizaje, es la propia policía la que se encarga de
parar el tráfico para despejar la pista. Nos comentan que no es la única, que
hay algunas más de este tipo en Colombia. Es increíble pero cierto, esto es
Colombia.
Poco a poco, vuelve la vegetación, las
plantaciones de plátanos, los paisajes montañosos y las potreras, parece mentía
que hace pocos kilómetros estuviéramos en la cálida y árida Guajira.
Llegamos a nuestro destino: La entrada del PN
Tayrona
- Algunas notas sobre el PN Tayrona:
El Parque Nacional Natural Tayrona se
encuentra ubicado en la Región Caribe de Colombia. Su superficie ocupa parte
del departamento de Magdalena, a 34 km de la ciudad de Santa Marta. Es uno de
los parques naturales más importantes de Colombia. Es hábitat de una gran
cantidad de especies que se distribuyen en regiones con diferentes pisos
térmicos que van desde el nivel del mar hasta alturas de 900 m. De las 15.000
hectáreas que conforman el parque, 3.000 son área marina.
Este Parque se caracteriza por su paisaje
tropical, formaciones coralinas, blancas playas, litoral rocoso, manglares y
lagunas. En el área del parque se encuentran varias ruinas arqueológicas que
denotan la existencia de asentamientos humanos de la tribu Tayrona que ocuparon
la región desde épocas precolombinas hasta bien entrada la colonización (quizás
siglos XV y XVI)
El clima predominante es tropical húmedo con
temperaturas que oscilan entre los 25 y 38
°C. Cuenta con dos temporadas: invierno y verano siendo la primera de
ellas caracterizada por fuertes precipitaciones de lluvias. En ocasiones y en
algunas zonas, como la zona de "Arrecife" hay una capa de neblina que
es retenida por montañas pequeñas, observándose el efecto en las madrugadas y
en el crepúsculo.
Para llegar a nuestro alojamiento, hay que
andar, los coches no pueden llegar. Cargamos las mochilas y empezamos a andar.
En unos minutos llegamos al parking de las mulas, se puede contratar el
servicio para que te lleven o para que carguen las mochilas. Les damos las
mochilas a los muleros y continuamos andando.
El camino merece la pena, la caminata no es
para nada dura y el entorno es increíble, vamos en medio de un bosque tropical,
con sus lianas, sus líquenes... me encanta.
Gran parte del camino son puentes de madera
para que no pises el suelo y destroces la vegetación. Este trazado hace muy
agradable el paseo, ni hay que pisar el barro.
De pronto, al final de la espesura, aparece
el mar: una impresionante playa de arena blanca y palmeras aparece ante
nuestros ojos, esto es precioso.
El último tramo del recorrido es por la
playa, es una playa enorme de arena blanca y con unas rocas impresionantes.
Hay carteles por todos los lados, avisando
del peligro de bañarse, las corrientes son tan fuertes que no sobrevives si te
bañas, los carteles avisan de la cantidad de muertos por ahogamiento que se han
producido en la zona para evitar que el número crezca.
Llegamos a nuestro campamento, está en la
playa de Arrecife. El recinto está muy bien cuidado y tiene varias opciones de
alojamiento:
- Montar tu tienda de campaña.
- Dormir en hamaca.-
Hay unos enramados muy bien cuidados con hamacas blancas, tiene muy buena
pinta, lo único malo es que están un poco juntas unas de otras.
- Dormir en bungalows.- Son unas casitas
preciosas de dos plantas integradas en la naturaleza, la de arriba con un gran balcón,
la pena es que por los mosquitos hay que tenerlo cerrado. Tienen también una
terraza en la parte de abajo con una estupenda hamaca.
Vamos a dar un paseo por la playa. La que
está al lado de nuestro alojamiento es enorme pero tampoco es apta para el
baño, los carteles avisándolo están por todos los lados.
Pasamos a la playa de la
Piscinita, una pequeña cala donde no hay tanta corriente y si es posible
bañarse.
La siguiente es la Piscina, para
llegar, hay que cruzar un pequeño tramo de bosque.
Volvemos al campamento, ya va a
empezar a anochecer.
Duchita, tenemos problema con el
agua caliente, pero con la temperatura que hace una ducha con agua fría viene
bien. Después cena en el restaurante del recinto, es un lugar agradable y la
comida está buena.
Información del Hotel
Cabañas Arrecife
PN Tayrona
Valoración: Muy Buena
- Ubicación perfecta, en medio de la naturaleza
con la selva por un lado y el Caribe por el otro.
- Las cabañas son ideales, muy cuidadas.
- Poca cobertura y nada de wifi en la zona.
- El desayuno bueno
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