Sabado 1 Nov-08 - Valle de Ambroz
Situacion Geografica
El Valle del Ambroz es una comarca enclavada en el norte de la provincia de Cáceres, en las últimas estribaciones de la Sierra de Gredos. Está flanqueado por el Valle del Jerte al este, Las Hurdes y Granadilla al oeste, Plasencia al Sur y Sierra de Béjar al Norte.
La carretera N-630 (Gijón-Sevilla) o Ruta de la Plata recorre este valle, y es la mejor vía de comunicación para alcanzarlo.
Con una población de 8.219 habitantes y una superficie de 235 km2 la Mancomunidad de Municipios está formada por ocho localidades: Abadía, Aldeanueva del Camino, Baños de Montemayor, Casas del Monte, La Garganta, Gargantilla, Hervás y Segura de Toro.
El Valle del Ambroz ha sido lugar de paso. Así lo atestiguan los restos de la calzada romana de la Vía de la Plata, o las Cañadas Reales Soriana-Occidental y Vizana que aún son utilizadas por los ganaderos trashumantes. Estos caminos han dejado su impronta en el carácter abierto y acogedor de los habitantes del Ambroz.
Su privilegiada situación lo convierte en un verdadero vergel, con un microclima especial que proporciona inviernos suaves y veranos frescos. En apenas 30 kilómetros se pasa de alturas superiores a los 2100 m que abrigan de los vientos fríos del norte y con nieve gran parte del año, hasta los 400 m. donde la dehesa muestra su esplendor. Podemos decir que es un pequeño frasco donde se reúnen todas las esencias, un muestrario de diversos ecosistemas de gran riqueza.
Sábado 1 Nov-08 - Caminata: Cordal de la Sierra de Candelario entre la plataforma de Hornillo y el pueblo de Hervás
El objetivo principal de este viaje es la ascensión al Calvitero (2.405 m) por un itinerario poco habitual y absolutamente espectacular, recorreremos todo el cordal de la Sierra de Candelario, entre Hervás y la Plataforma de Hornillo. Pasaremos por el Pinajarro (2.100 m), La Nijarra (2.214 m), el Canchal de la Ceja (2.430 m) y el Torreón (2.401 m).
El párrafo anterior, como dice su primera palabra era “EL OBJETIVO” pero como todo en la montaña, está sujeto a cambios. Aquí quien manda son las condiciones meteorológicas y el estado del terreno.
En nuestro caso, la semana ha sido fría, ha nevado mucho y tenemos una gruesa capa de nieve cubriendo el recorrido. La primera decisión ha sido cambiar el orden de la caminata, empezaremos por la Plataforma de Hornillo y terminaremos en Hervás.
Partimos a las 8:45 hacia la plataforma, pasamos por Montemayor, Bejar y Candelario. Cuando llegamos a la primera plataforma, nuestra primera sorpresa, la máquina quitanieves solamente ha llegado hasta aquí, el tramo hasta la segunda plataforma está impracticable para nuestro vehículo. Toca bajar, abrigarse y añadir unos Km y unos metros de subida a nuestro recorrido.
Lo bueno es que estamos por encima de las nubes que cubren el valle, nuestro tiempo es fantástico. Cielo azul y sol reflejando en la nieve. Toca Capa Gruesa de Crema para no quemarse y colocarse las gafas de sol.
Empieza nuestra subida., a tramos por la pista y siempre que podemos atajamos entre curva y curva.
Llegamos a la segunda plataforma y aquí empieza nuestra ascensión, la ladera es empinada y hay mucha nueve y somos los primeros que pasamos, abrir huella es nuestra única opción, con el esfuerzo físico que conlleva.
Al alcanzar la cuerda, se ven las formaciones de hielo que se han ido creando con las heladas y el viento. Son alucinantes.
Seguimos por la cuerda para alcanzar nuestro primer objetivo. El Calvitero (2.405 m).
Seguimos por el cordal, alcanzando el Canchal de de Ceja (2.430 m) desde donde la vista es espectacular, se ve el Valle del Jerte y a lo lejos entre nubes, la sierra de Gredos.
Nos planteamos dar la vuela, el terreno esta lleno de nieve y avanzar un metro cuesta mucho, pero al final, decidimos que nos animamos a alcanzar el Torreón.
Este tramo se hace duro, la altura de la nieve ha aumentado y debajo hay retama, esto hace que ni se pueda abrir huella, que tengamos que ir saltando por la retama y la nieva. Las caídas (simples culadas) son constantes y esto va desgastando.
Llegamos al Paso del Diablo. Tiene habilitado tres tramos de cadena para poder pasarlo, las rocas están cubiertas de nieve y pasarlo nos cuesta una hora, hay que ir con cuidado para no resbalar, la caída es considerable.
Este tramo se hace duro, la altura de la nieve ha aumentado y debajo hay retama, esto hace que ni se pueda abrir huella, que tengamos que ir saltando por la retama y la nieva. Las caídas (simples culadas) son constantes y esto va desgastando.
Llegamos al Paso del Diablo. Tiene habilitado tres tramos de cadena para poder pasarlo, las rocas están cubiertas de nieve y pasarlo nos cuesta una hora, hay que ir con cuidado para no resbalar, la caída es considerable.
El Torreón (2.401 m) nos espera, cuando llegamos, las nubes han bajado, nos perdemos por tanto, de las vistas desde la cumbre.
Emprendemos la bajada, ahora, a parte de la nieve y la retama, tenemos riachuelos ocultos bajo la capa de nieve. Hay que ir detectándolos y saltándolos. Pero el camino es precioso, la nieve es muy seca y no moja y con el cielo azul y el sol es perfecto.
Tenemos dos alternativas, subir a un collado para bajar directamente a Hervás o aventurarnos cuesta abajo hasta alcanzar la carretera, esta segunda opción es una incógnita. Optamos por la primera, “ASIN QUE” toca de nuevo subir, por nieve sobre retama, más paliza.
Emprendemos la subida, pero mirando el reloj, son casi las 6 y la luz solar se nos terminará pronto. Alcanzamos la cumbre del collado cuando ya casi no tenemos luz, comemos algo rápido y sacamos frontales. Nos queda mucho tramo de bajada hasta una pista que nos llevará a Hervás.
Empezamos a bajar casi a las 9, lo bueno es que en este momento tenemos cobertura y podemos avisar a los que están en Hervás, que estamos bien pero que aún tardaremos en llegar.
La bajada se hace mucho más dura de lo que habíamos previsto, no hay camino claro pero si mucha nieve y muchas rocas. Toca ir despacio y con cuidado de no caer. Partimos con 6 frontales para los 8 aventureros, pero a medida que bajamos, perdemos dos por agotamiento de pilas. Hay que ir juntos alumbrando tanto a uno mismo como al vecino sin frontal lo que ralentiza aún más el descenso.
La pista parece una ilusión. Aparece en nuestro plano, pero no tenemos indicios de ella. Parece un objetivo deseado pero que nunca vamos a alcanzar. Según el altímetro nos quedan 200m de bajada pero nunca llegamos a bajarlos, vamos bajando y subiendo obligados por la orografía del terreno.
Cuando casi hemos perdido las esperanzas de alcanzar la pista la vemos, pero ya son las 12 de la noche. Hemos tardado más de tres horas en bajar el barranco.
Empezamos a andar por la pista con la esperanza de llegar pronto al pueblo, pero es una pista que va por la ladera, va haciendo zetas que se acercan y alejan del pueblo y da la sensación de seguir subiendo y no bajando que es lo que queremos. El pueblo, por tanto parece totalmente inalcanzable, pero no perdemos la esperanza, al menos aquí el terreno es liso y vamos más rápido.
Las fuerzas empiezan a resentirse, estamos andando desde las 9:30 de la mañana y ni nos hemos parado a comer, no había sitio para sentarse a descansar, hemos comido varias veces pero cosas ligeras y rápidas.
A lo lejos, vemos unos focos de coche, es una alegría. Son dos cuatro pro cuatro que vienen en nuestra búsqueda, la verdad es que es una alegría pues aunque todos tenemos ropa para no pasar frío, agua y comida, las fuerzas están casi al límite.
Nos bajan al pueblo y vemos que siguiendo la pista nos habrían quedado al menos otros 10Km, una SUPER PALIZA. Lo ideal habría sido pillar un cortafuego hacia el pueblo, pero sin luz, no era muy lógico.
Llegamos al hotel a las 2 y algo de la mañana, nos han dejado cena caliente, comemos algo, ducha caliente y a dormir que es lo que realmente necesitamos.
Lo bueno es que las condiciones de nieve (nieve polvo y muy seca) han hecho que no lleguemos mojados. En caso contrario, habría sido horrible. Por la noche estaba helando y habríamos pasado mucho frío.
Toda una experiencia. Pero ha valido la pena
Emprendemos la subida, pero mirando el reloj, son casi las 6 y la luz solar se nos terminará pronto. Alcanzamos la cumbre del collado cuando ya casi no tenemos luz, comemos algo rápido y sacamos frontales. Nos queda mucho tramo de bajada hasta una pista que nos llevará a Hervás.
Empezamos a bajar casi a las 9, lo bueno es que en este momento tenemos cobertura y podemos avisar a los que están en Hervás, que estamos bien pero que aún tardaremos en llegar.
La bajada se hace mucho más dura de lo que habíamos previsto, no hay camino claro pero si mucha nieve y muchas rocas. Toca ir despacio y con cuidado de no caer. Partimos con 6 frontales para los 8 aventureros, pero a medida que bajamos, perdemos dos por agotamiento de pilas. Hay que ir juntos alumbrando tanto a uno mismo como al vecino sin frontal lo que ralentiza aún más el descenso.
La pista parece una ilusión. Aparece en nuestro plano, pero no tenemos indicios de ella. Parece un objetivo deseado pero que nunca vamos a alcanzar. Según el altímetro nos quedan 200m de bajada pero nunca llegamos a bajarlos, vamos bajando y subiendo obligados por la orografía del terreno.
Cuando casi hemos perdido las esperanzas de alcanzar la pista la vemos, pero ya son las 12 de la noche. Hemos tardado más de tres horas en bajar el barranco.
Empezamos a andar por la pista con la esperanza de llegar pronto al pueblo, pero es una pista que va por la ladera, va haciendo zetas que se acercan y alejan del pueblo y da la sensación de seguir subiendo y no bajando que es lo que queremos. El pueblo, por tanto parece totalmente inalcanzable, pero no perdemos la esperanza, al menos aquí el terreno es liso y vamos más rápido.
Las fuerzas empiezan a resentirse, estamos andando desde las 9:30 de la mañana y ni nos hemos parado a comer, no había sitio para sentarse a descansar, hemos comido varias veces pero cosas ligeras y rápidas.
A lo lejos, vemos unos focos de coche, es una alegría. Son dos cuatro pro cuatro que vienen en nuestra búsqueda, la verdad es que es una alegría pues aunque todos tenemos ropa para no pasar frío, agua y comida, las fuerzas están casi al límite.
Nos bajan al pueblo y vemos que siguiendo la pista nos habrían quedado al menos otros 10Km, una SUPER PALIZA. Lo ideal habría sido pillar un cortafuego hacia el pueblo, pero sin luz, no era muy lógico.
Llegamos al hotel a las 2 y algo de la mañana, nos han dejado cena caliente, comemos algo, ducha caliente y a dormir que es lo que realmente necesitamos.
Lo bueno es que las condiciones de nieve (nieve polvo y muy seca) han hecho que no lleguemos mojados. En caso contrario, habría sido horrible. Por la noche estaba helando y habríamos pasado mucho frío.
Toda una experiencia. Pero ha valido la pena
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